XXXIX Congreso de la semFYC - Málaga
del 9 al 11 de mayo de 2019
Evaluar la eficacia a largo plazo de una intervención para mejorar la adecuación de los tratamientos con inhibidores de la bomba de protones (IBP) en cuatro centros de salud (CS) urbanos y conocer el impacto del refuerzo del interventor en uno de ellos.
En septiembre/2016 se realizó una intervención formativa para mejorar la adecuación de la prescripción de IBP en cuatro CS, siendo el interventor prescriptor en uno de ellos. La intervención consistió en una sesión con recomendaciones para su prescripción racional y, en el centro interventor, se entregó a cada médico la relación de pacientes de su cupo con inadecuación del tratamiento para su revisión. Se analizó el consumo de IBP expresado en dosis diaria definida por cada mil habitantes-día (DHD), preintervención y 12-24 meses postintervención. Se comparó la evolución del consumo de IBP en cada CS. Los datos de consumo se extrajeron del Sistema de Información de Consumo Farmacéutico.
El primer año tras la intervención se redujo el consumo de IBP (-1,8%), pasando de 395,1 a 388,2 DHD. Rabeprazol y omeprazol fueron los más implicados (-11,9% y -3,9% respectivamente). La reducción más significativa se produjo en el centro interventor (-9,6%), experimentando un incremento en 2 CS (3,0% y 3,1% respectivamente). El segundo año postintervención, el consumo se incrementó a 411,7 DHD (4,2%) respecto al inicio, siendo el centro interventor el único que mantuvo el efecto de la misma (-8,5%). Esomeprazol fue el único que aumentó el consumo (20,3%) en todos los periodos y centros.
La formación, por si sola, no reduce la prescripción de IBP. Sin embargo, la formación junto al análisis de la inadecuación por paciente entregado a cada médico y su refuerzo por un miembro del mismo equipo, ayuda a optimizar la adecuación de los tratamientos, reduce el consumo y mejora la seguridad del paciente.