XXXVIII Congreso de la semFYC – Barcelona
del 10 al 12 de mayo de 2018
Examinar la utilización de servicios y recursos sanitarios en pacientes deprimidos según la presencia de dolor musculoesquelético crónico concomitante.
Diseño: Estudio de cohortes retrospectivas.
Ámbito: Cataluña, base de datos SIDIAP.
Sujetos: Individuos de 18-65 años con depresión mayor.
Clasificación de los pacientes: Presencia de diagnóstico/s ligado/s al dolor musculoesquelético crónico.
Variables dependientes: Utilización de servicios sanitarios: visitas de atención primaria (médico, enfermera, urgencias), derivaciones a hospital y a psiquiatria, pruebas diagnósticas.
Se han analizado los registros clínicos de 184025 individuos con depresión (69,3% mujeres) con una media de edad de 47,6 años (DE:11,5). El Índice de Charlson promedio fue de 0,41 (DE:0,92), que se interpreta como un bajo grado de comorbilidad médica.
El 9,7% de los pacientes tenían dolor crónico. Entre estos la proporción de mujeres fue mayor que entre los que no tenían dolor (81,3% vs. 61,0%, p<0,0001) y la edad era superior (57,4 [DE:6,6] vs. 46,57 [DE:11,4], p<0,0001). Observamos que el Índice de Charlson era significativamente más alto en los pacientes con dolor crónico (0,62 [DE:1,0] vs. 0,39 [DE:0,91], p<0,0001).
Constatamos un relevante mayor uso de recursos en el grupo de pacientes deprimidos con dolor crónico: visitas de AP (médico, enfermera y urgencias), derivaciones y pruebas diagnósticas (RX, TAC, RMN, ecografías). Las derivaciones a psiquiatría son similares en ambos grupos (0,23 [DE:0,58] en el grupo con dolor vs. 0,25 [DE:0,60] en el grupo sin dolor, p<0,0001).
Hemos constatado, con datos poblacionales de nuestro sistema sanitario, un mayor uso de recursos sanu¡itarios en aquellos pacientes deprimidos en los que coexiste dolor crónico, Conocer cómo la presencia de dolor musculoesquelético concomitante a la depresión influye cuantitativa y cualitativamente en el consumo de recursos sanitarios es relevante dadas las íntimas relaciones tanto a nivel clínico como terapéutico de ambas condiciones, y la evidencia de los beneficios de un manejo terapéutico integrado.