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Ejercicio físico: del Cobi a la COVID

Tras los Juegos Olímpicos de Barcelona en el 92, se incrementó el deporte popular no federado, pero también la siniestralidad principalmente en actividades al aire libre, por falta de condición física o de conocimientos; entre otras causas, y las muertes súbitas.

Casi 30 años después, se evidencia una brecha: mientras una minoría es físicamente activa, la mayoría no alcanza las recomendaciones de la nueva guía de la Organización Mundial de la Salud que enfatiza la evidencia de los beneficios en la salud, sobre todo en la población con patologías crónicas, la más frecuentadora en las consultas de Atención Primaria (AP).

El confinamiento ha puesto de manifiesto las nefastas consecuencias del incremento del sedentarismo y la falta de accesibilidad poblacional a la actividad en su entorno. La AP debe mejorar su formación para sensibilizar y prescribir la actividad física con el objetivo de mejorar la salud y la calidad de vida.

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