Proporcionar la oportunidad de aprender técnicas conductuales para dejar de fumar y obtener acompañamiento del resto de participantes en el proceso.

A menudo la población intenta abandonar el hábito tabáquico por medios propios, sin apoyo ni seguimiento por parte de profesionales. Esto suele ser motivo de fracaso del intento.

Se han hecho estudios que demuestran que aprender técnicas conductuales puede ser igual de beneficioso tanto para empezar a fumar como para dejarlo.

Por este motivo se han creado actividades grupales en el ámbito de atención primaria para fomentar y proporcionar herramientas para dejar de fumar. Estas actividades incluyen técnicas psicológicas de tipo cognitivo-conductual y asesoramiento farmacológico.

Con esta intervención se pretende reforzar los consejos recibidos de forma individual en consulta por personal sanitario y permite también intercambiar experiencias y conocimientos con personas que comparten un mismo problema de salud. Se crea un entorno de confianza y seguridad que permite compartir sus errores e indagar en las causas, por lo que comprenden que estos son comunes en otras personas. Todo ello contribuye a un cambio de actitud en los participantes que se considera clave en el éxito de la intervención.

Para ello se realizan 6 sesiones semanales de unos 60-90 minutos de duración donde se facilitan todas estas herramientas y durante las cuales, algunos de los participantes abandonan el tabaco. Posteriormente, se realiza un seguimiento telefónico o presencial a los 3, 6 y 12 meses. Una vez completados los 12 meses sin tabaco se cataloga al paciente como exfumador.

La intervención comunitaria mediante el aprendizaje de técnicas conductuales en grupo puede ser beneficioso para abandonar el hábito tabáquico.

El compartir las mismas dificultades y vivencias con el resto del grupo favorece el cambio en la actitud de los participantes.