II Congreso de Residentes, Tutores, JMF y UUDD
10 y 11 de mayo 2024
Enfoque individual
Mujer, 61 años. Dislipemia, hernia de hiato, hipotirodismo, ansiedad, hipertensión arterial y enfermedad renal crónica estadio G3a. Tratamiento: atorvastatina 10 mg, omeprazol 40mg, levotiroxina 50mcg y lormetazepam 1mg.
Acude a consulta por náuseas y vómitos de 4 días de evolución con exploración normal, con actitud expectante. Una semana después consulta nuevamente por persistencia de náuseas y vómitos, astenia intensa, pérdida de apetito, dolor en fosa ilíaca izquierda y fosa renal, disminución de la diuresis sin hematuria y pérdida de 5 kg en 1 mes. Exploración: afebril, con dolor en fosa renal izquierda y puño percusión positiva.
Se deriva a urgencias hospitalarias por sospecha de pielonefritis. Analítica: Hb 11.1 g/dL, urea 63 mg/dL, creatinina 3.43 mg/dL y potasio 5.3 mmol/L. Ingresa por anemia e insuficiencia renal aguda (IRA). Biopsia renal al ingreso: nefritis tubulointersticial de posible etiología tóxica por omeprazol, que se suspende.Enfoque familiar y comunitario
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Nefritis Intersticial Aguda (NIA) de probable etiología tóxicaTratamiento y planes de actuación
Dada de alta con pauta descendente de prednisonaEvolución
Al suspenderse la prednisona reaparece mal estado general vespertino y náuseas que la despiertan por la noche. Ingresa de nuevo por fallo renal a estudio (creatinina 5,29 mg/dL).
Reinician pauta con corticoides objetivándose mejoría progresiva de la función renal (creatinina 3,37mg/dl) y desaparición de la sintomatología. Tratamiento al alta: prednisona 60 mg en dosis descendente hasta supresión, que tuvo que realizarse desde atención primaria muy lentamente por reaparición de síntomas de reagudización de la ERC ante las reducciones de este.
Actualmente, la paciente tiene ERC estadio G3b sin tratamiento con corticoides.
Es muy frecuente el uso de fármacos inhibidores de la bomba de protones, incluso por demanda de la población, que en muchos casos los denominan «protectores». Sin embargo, no debemos olvidar que son fármacos capaces de producir efectos secundarios y su uso debe ser más reservado.
Por otra parte, se pone de manifiesto la necesidad de un seguimiento compartido del paciente ya que, aunque muchos diagnósticos y pruebas complementarias son de realización hospitalaria, una vez que la paciente fue dada de alta, su seguimiento fue asumido por Atención Primaria.