Servicio de Urgencias. Caso multidisciplinar.
Enfoque individual
Mujer de 48 años, niega consumo de tóxicos, con trastorno de la ansiedad con agorafobia en tratamiento con Amisulprida, Olanzapina y Paroxetina.
Acude al Servicio de Urgencias por cefalea frontal, refiere ser “el peor dolor de cabeza de mi vida”, de dos horas de evolución que empeora con los movimientos acompañada de sensación nauseosa y vómitos contenido alimenticio. El episodio ha comenzado mientras dormía interrumpiéndole el descanso. No antecedente de episodios de características similares. No otra clínica por aparatos.
Exploración física: Consciente, orientada y colaboradora. Auscultación cardiaca rítmica sin soplos. Murmullo vesicular conservado. Exploración neurológica: Pupilas isocóricas y normorreactivas, no nistagmus. Pares craneales normales. Fuerza y sensibilidad conservada. ROT presentes. Roomberg negativo. Sin signos de focalidad neurológica.
Pruebas complementarias: Bioquímica, hemograma y coagulación con parámetros dentro de la normalidad. TC de cráneo sin contraste y angioTC de polígono de Willis: Hemorragia subaracnoidea en cisterna interpeduncular sin causa visible.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
La clínica y las pruebas complementarias orientan hacia el diagnóstico de hemorragia subaracnoidea.
Diagnóstico diferencial: Hemorragia subaracnoidea, meningitis/meningoencefalitis aguda, ictus, migraña, cefalea en trueno primaria, etc.
Tratamiento y planes de actuación
La paciente es traslada a cargo del Servicio de Neurocirugía precisando estancia en la Unidad de Cuidados Intensivos para tratamiento evacuador de la hemorragia subaracnoidea.
Evolución
La paciente tras la intervención neuroquirúrgica evolucionó favorablemente quedando asintomática al alta.
La presentación típica de la Hemorragia Subaracnoidea es generalmente en forma de cefalea súbita y grave, descrita como «la peor de su vida». La cefalea puede ir acompañada en su inicio de pérdida de consciencia, naúseas, vómitos y síndrome meníngeo. Suele ser de localización holocraneal con nucalgia, fotofobia y sin episodios previos similares. El diagnóstico se basa en las manifestaciones clínicas, TC craneal y examen de LCR, aunque el diagnóstico definitivo es la arteriografía.
En el caso de nuestra paciente se encontraban en la anamnesis y exploración física estos hallazgos típicos, comentados anteriormente, lo que hizo sospechar en un primer momento la posibilidad de una hemorragia subaracnoidea conllevando a una rápida actuación en la petición del TC que confirmó el diagnóstico y en la derivación a Neurocirugía para tratamiento quirúrgico.