Después de un ictus, las familias requieren la asistencia coordinada de los servicios de salud y sociales. En nuestra comunidad faltan herramientas para evaluar tanto el riesgo como el grado de nueva dependencia residual al alta hospitalaria y hay una gestión separada de los recursos sociales y de salud. El objetivo principal es identificar las variables predictoras de dependencia así como aquellas herramientas que faciliten su reconocimiento por el departamento de Familia para la obtención de prestaciones sociosanitarias.

Estudio prospectivo y comunitario de 2 años de una cohorte de pacientes con ictus. Estimando el 40% de dependencia, se obtuvo una muestra de casos consecutivos con precisión 5% y nivel confianza 95% Los predictores potenciales se evaluaron mediante regresión multivariante de Cox y área bajo la curva (AUC). Variable principal: reconocimiento de grado de dependencia según baremo autonómico del departamento de Familia.

Se incluyeron 233 supervivientes de ictus, edad media 78.1±11.6 años y 49,8% mujeres. La tasa total de dependencia fue 31.5 (IC95% 26.1-37.7) casos/100personas/año. Los factores independientes asociados a nueva dependencia fueron: edad >80 años (HR 2.03, IC95% 1.32–3.12, p 0.001), Pfeiffer ≥4 (HR 1.82, IC95% 1.25–1.2.66, p 0.002), Barthel <60 (HR 1.79, IC95% 1.21-2.66, p 0.003), y Charlson ≥3 (HR 1.49, IC95% 1.02-2.16, p 0.039). El AUC fue 0.84 (IC95% 0.79-0.89; p <0.001). El tiempo medio desde el alta hospitalaria al primer contacto con atención primaria fue 26.9±35 días y hasta el reconocimiento de dependencia, 157±56 días. El uso de estos criterios con la [App Health-Social] compartida se asoció a un significativo ahorro de tiempo en el reconocimiento de la dependencia.

El uso de variables de alarma y de la App Health-Social mejoraron el proceso de reconocimiento de la nueva situación de dependencia en sujetos de riesgo después de un episodio de ictus.