XXXIX Congreso de la semFYC - Málaga
del 9 al 11 de mayo de 2019
Atención Primaria.
Caso multidisciplinar.
Lumbalgia.
Enfoque individual
AP: NAMC. Meningitis vírica a los 3 meses de edad sin complicaciones. Rinitis alérgica. Ovario poliquístico. No tratamiento domiciliario de forma habitual.
EA: Mujer de 25 años que acude a su Médico de Familia en varias ocasiones por presentar cuadro de dolor lumbar derecho continuo irradiándose a glúteo ipsilateral de dos meses de evolución, sin mejora con fisioterapia y tratamiento antiinflamatorio. Se exacerba con los movimientos y no presenta signos de alarma. Posteriormente, se apreció bultoma laterocervical izquierdo no doloroso que ha aumentado de tamaño, según refiere paciente. Niega fiebre, pérdida de peso y otra sintomatología acompañante. Estos hallazgos nos conducen a solicitar pruebas complementarias.
EF: BEG. Dolor a punta de dedo en zona de músculo piramidal derecho, con limitación de la movilidad por dolor. Masa laterocervical izquierda dura y adherida a planos profundos de 4-5 cm. Cavidad oral en buen estado. Resto sin alteraciones.
PC: En la analítica se destaca Hg 12 gr/dL, hematocrito 37%. VSG 33 mm. Dímero D 2019 ng/ml. LDH 985 U/L. PCR 7.86. Resto normal. PET-TAC: afectación linfoproliferativa adenopática supra e infradiafragmática con infiltración peritoneal, de ambos ovarios y ósea de predominio en pala iliaca derecha con infiltración de la musculatura adyacente.
Enfoque familiar y comunitario
Soltera, nulípara. Vive con sus padres y su hermano. Padre con carcinoma de colon y cardiopatía isquémica. En la consulta se manifiesta muy preocupada.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
La clínica y las pruebas complementarias nos surgieren que la adenopatía y lumbalgia conforman una única patología, por lo que obliga a biopsiar la adenopatía, concluyendo con diagnóstico de Linfoma de alto grado tipo Burkitt.
Identificación de problemas: Resulta complicado clínicamente asociar un dolor tipo muscular, siendo ésta la primera sintomatología, con posible relación con el linfoma de Burkitt, cuyo signo apareció posteriormente.
Tratamiento y planes de actuación
Quimioterapia, estudios de reevaluación y apoyo emocional por nuestra parte.
Evolución
Tras inicio de quimioterapia, se objetiva mejoría progresiva de sintomatología y buen estado general.
El médico de familia tiene un papel primordial en el seguimiento longitudinal del paciente, permitiendo detectar precozmente cambios e inicio de diferentes signos y síntomas, valorando la evolución de la patología e incluso cambiar complemente el diagnóstico inicial, como en nuestro caso.