Congreso de Residentes, JMF, Tutores y Unidades Docentes de la semFYC
21 y 22 de abril de 2023
Atención Primaria. Servicios urgencias.
Mujer de 88 años que consulta por vómitos y dolor abdominal.
Enfoque individual
Antecedentes personales: dislipemia, hipertensión, cardiopatía isquémica crónica y fibrilación auricular.
Nos consulta por dolor epigástrico y vómitos matutinos sin relación con las comidas de 1 mes de evolución. Le mejora con almagato. También refiere pérdida de peso (5 kg en 1 mes) y 2 episodios de rectorragia autolimitada en los últimos 15 días. Niega pirosis, anorexia ni cambio de ritmo deposicional. En la exploración destaca dolor epigástrico en la palpación abdominal y en la inspección se observa una hemorroide externa de pequeño tamaño. Se pauta omeprazol 40 mg/día y cinitaprida 5 ml/8 h. Se solicita sangre oculta en heces, test de H. Pylori y analítica general. Los dos primeros resultan negativos y en la analítica se observa T4 3,91 y TSH < 0,01. El resto de parámetros analíticos sin hallazgos significativos.
Enfoque familiar y comunitario
Parcialmente dependiente para ABVD. Vive sola.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Revisando su medicación, observamos que seguía tratamiento con amiodarona desde hacía 3 meses por arrítmia y, posteriormente, cardiología asoció digoxina por mal control de la frecuencia cardíaca.
El tratamiento concomitante de digoxina y amiodarona hace sospechar una posible interacción medicamentosa. Dado que la amiodarona es un inhibidor de la Glicoproteína-P, una sustancia transportadora a través de la cual se elimina digoxina del organismo, la asociación de los dos fármacos puede aumentar la concentración plasmática de digoxina. Además, uno de los efectos adversos de la amiodarona puede ser hipertiroidismo.
Ante la clínica y los resultados de las pruebas, se sospecha intoxicación digitálica e hipertiroidismo secundario a amiodarona. Se deriva a urgencias del hospital, dónde se confirman los diagnósticos.
Tratamiento y planes de actuación
Se suspende la digoxina y se mantiene la amiodarona por riesgo de empeoramiento de arritmia. Se inicia el metimazol para control tiroideo.
Evolución
La clínica digestiva desaparece rápidamente después de la suspensión de la digoxina. Tras 3 meses de seguimiento por endocrinología, se controla la función tiroidea.
La aparición de un nuevo síntoma coincidiendo con la introducción de un tratamiento, nos obliga a descartar efectos adversos o interacción farmacológica. Por lo tanto, es importante revisar regularmente la medicación del paciente, especialmente los polimedicados.