XL Congreso Nacional y I Congreso Virtual de la semFYC - Valencia
del 15 de septiembre al 6 de octubre de 2020
Atención Primaria.
Lesión en cavidad oral.
Enfoque individual
Mujer de 68 años, fumadora, que consulta por aparición de lesión ulcerada sublingual, de unos 3 mm, mínimamente dolorosa, de unos dos días de evolución. A la exploración impresiona de afta sin signos de complicación, por lo que recomendamos a la paciente higiene dental y observación domiciliaria.
La paciente vuelve a los 15 días, porque la lesión, en lugar de desaparecer, ha crecido de forma progresiva. A la exploración objetivamos una lesión nodular, de 1 cm, indurada, móvil, pediculada, con mucosa íntegra, bien definida, no dolorosa a la palpación y sin signos de sobreinfección local (Foto).
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Al ser una lesión de rápido crecimiento en una paciente fumadora, nuestra primera sospecha diagnóstica fue que se tratara de una lesión maligna, por lo que decidimos derivar a la paciente de forma preferente, a través del circuito de sospecha de malignidad a las consultas de otorrinolaringología (ORL).
Tratamiento y planes de actuación
Mientras espera la cita de ORL, la paciente decide acudir a su odontólogo privado, quien le quita importancia a la lesión e indica retirada temporal y posterior ajuste de dentadura postiza.
Evolución
Finalmente, la paciente es valorada en 7 días en la consulta de ORL, con juicio clínico de fibroma, requiriendo como único tratamiento retirada de dentadura postiza durante unos 15 días y control por nuestra parte, dadas las características benignas de este tumor.
Los fibromas son los tumores benignos más frecuentes de la cavidad oral. Se deben a una hiperplasia fibrosa, que se presenta en cualquier zona de la boca, lengua, encía, mejillas... Especialmente en áreas de traumatismos repetidos, la mayoría de las veces, consecuencia del roce de prótesis dentarias mal ajustadas. El tratamiento, de no desaparecer tras eliminar la causa, es quirúrgico.
Este caso me parece un claro ejemplo de la importancia de una formación mínima de los médicos de familia en patología oral y odontológica frecuente. De haber conocido esta patología y las características clínicas diferenciales los tumores malignos y benignos de la cavidad oral, habríamos evitado una derivación preferente innecesaria, y sobre todo una preocupación excesiva al paciente.