• Empoderar al paciente anciano en el autocuidado y manejo de su salud.

• Establecer una dinámica directa y accesible entre el Médico de Familia y la población anciana o institucionalizada.

La pandemia evidenció una necesidad imperiosa de intervención del Sistema Sanitario Público de Salud en el cuidado y manejo de los pacientes más ancianos, especialmente aquellos que se encuentran institucionalizados o en residencias.

Es el médico de familia, junto con Trabajo Social y Enfermería, quién tiene mayor acceso a este tipo de población. Se organizó para ello, una charla de aproximadamente dos horas de duración sobre envejecimiento saludable. Acudieron a impartir el contenido: un enfermero y un médico interno residente. En la charla se dispuso de: un espacio cedido por parte de una residencia de ancianos, un proyector, sillas para los asistentes y un micrófono.

Acudieron en torno a unos 30 ancianos, en su mayoría mujeres, de entre 70 y 93 años. En el transcurso de la charla, se habló sobre: pautas básicas de nutrición, ejercicios que eviten pérdida de masa muscular, la importancia de la salud mental, nuevas tecnologías y brecha digital en el acceso a los recursos en salud, desigualdades sociales en salud, el papel de la atención primaria, etc. A posteriori, desde la dirección del centro se consultó sobre la satisfacción de la charla y su utilidad, siendo el feedback recibido como «muy satisfactorio».

A través de sencillas charlas, el médico de familia puede llegar a un diálogo directo con la población anciana que repercuta a nivel preventivo en la mejora de su estado de salud.

En cualquier centro de salud, y como programa de Atención Primaria, se pueden realizar este tipo de intervenciones sanitarias que ayuden en la optimización de recursos y el manejo a largo plazo de la población anciana.