Proporcionar a la persona cuidadora las habilidades necesarias para mejorar su calidad de vida y vivir positivamente la experiencia del cuidar, creando un espacio de ayuda mutua desde la proximidad asistencial.

Cuidar de una persona dependiente es una tarea difícil y agotadora, aún más en zonas de ámbito rural. Por ello se diseñó un programa multidisciplinar, de carácter semanal y que ofrece a las personas herramientas para prepararse y aprender a gestionar física y emocionalmente el estrés y la experiencia emocional.

El programa atiende las necesidades e inquietudes de la población al mismo tiempo que se da respuesta a una realidad emergente: la soledad, el aislamiento social y el sentimiento de incomprensión que a menudo experimenta la persona cuidadora informal y no profesional de un familiar dependiente en casa.

Esta intervención permite que la población adquiera mayor autonomía y conocimiento de los factores de protección y mantenimiento de la salud respeto el paradigma biopsicosocial, siendo sujeto activo en la promoción de la propia salud. Asimismo, se atienen las inquietudes de la población y se ofrece una respuesta próxima, cálida y ajustada a las necesidades individuales de cada participante, hecho que aumenta la confianza de la ciudadanía en el sistema de salud dado que se siente escuchada y acompañada.

Programa de nueve semanas para hacer frente a las dificultades con las que se encuentra la persona cuidadora informal y no profesional de un familiar dependiente, sea cual sea su enfermedad, mediante una experiencia formativa fundamentada en variables objetivas y replicables. Hasta la fecha se han formado y atendido a más de 70 personas y a sus familiares, con un acompañamiento diario mediante grupos de WhatsApp en un total de 6 municipios rurales.