XLIV Congreso de la semFYC - Barcelona
14-16 de noviembre de 2024
Enfoque individual
Antecedentes: Dermatitis atópica, consumo enólico, transgresiones dietéticas.
Anamnesis: Hombre, 20 años. Consulta por epigastralgia, dolor retroesternal postprandial, vómitos y distensión abdominal de un 1,5 años de evolución.
Exploración: Molestias en epigastrio a la palpación.
Pruebas: ECG: sin alteraciones. Helicobacter pylori: negativo. Endoscopia digestiva alta: exudado blanquecino, esófago traquealizado, surcos longitudinales. Biopsias: exocitosis eosinofílica en mucosa esofágica.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Juicio clínico: Esofagitis eosinofílica.
Diagnóstico diferencial: ERGE, Gastritis, hernia hiato, isquemia mesentérica, acalasia, pancreatitis, vasculitis, enfermedad de Chron, conectivopatías, esclerodermia, aneurisma de aorta, enfermedad coronaria.
Tratamiento y planes de actuación
Omeprazol 20 mg/24 h. Budesonida 1 mg/12 h. Restricción de alimentos desencadentes de inflamación eosinofílica.
Evolución
Ante la persistencia de los síntomas a pesar de las medidas iniciales dirigidas a tratar una supuesta gastritis vs ERGE con medidas higiénico-dietéticas e IBP's, se procedió a una evaluación más detallada mediante endoscopia digestiva alta, revelando el diagnóstico de esofagitis eosinofílica.
Tras el inicio de tratamiento adecuado con Budesonida el paciente presenta franca mejoría sintomática. Además, se enfatiza la importancia de evitar el reflujo gastroesofágico, para lo cual se recomienda el uso concomitante de IBPs.
En una estrategia terapéutica más integral, se sugiere la implementación de una dieta de eliminación empírica. Esta medida tiene como objetivo identificar los alimentos desencadenantes que podrían estar contribuyendo a la inflamación esofágica, lo cual se evaluará mediante controles endoscópicos periódicos.
La esofagitis eosinofílica debe considerarse en el diagnóstico diferencial de la epigastralgia postprandial, especialmente en pacientes refractarios al tratamiento convencional. Su diagnóstico requiere un alto índice de sospecha. A menudo se confunde con la ERGE, lo que puede retrasar el tratamiento adecuado. Por lo que se necesita una mayor conciencia entre los médicos de atención primaria para evitar retrasos en el diagnóstico y mejorar los resultados en estos pacientes.