ÁMBITO DEL CASO
Atención Primaria.
MOTIVO DE CONSULTA
Prurito.
HISTORIA CLÍNICA
Enfoque individual
Varón de 57 años, como antecedentes destaca dermatitis linfocitaria perivascular superficial con hiperplasia epidérmica psoriasiforme en seguimiento con Dermatología desde 2011. Acude a consulta por lesiones papulosas muy pruriginosas de unos 13 días de evolución en axila derecha.
Exploración física: más de 15 lesiones papulosas eritematosas de 5-6 mm de diámetro en axila derecha. Se inicia tratamiento con Diprogenta y revisión en 1 semana, pero 4 días después el paciente acude a consultas de Dermatología por intenso prurito, sobre todo nocturno, objetivándose aparición de más lesiones papulosas eritematosas de 2,5-6 mm en axila, costado derecho y región periumbilical. Se inicia cetirizina. Acude en varias ocasiones a consulta por prurito intenso que impide el descanso nocturno. Se inicia deflazacor sin mejoría. Aparición de más lesiones en tronco, muslos, dorso de manos, muñecas y zonas interdigitales. Las lesiones en las muñecas presentan aspecto lineal sugestivo de surco acarino. Se realiza biopsia y se inicia permetrina.
Antecedentes personales: dermatitis perivascular superficial espongiforme con vesícula intraepidérmica con polimorfonucleares neutrófilos y eosinófilos (compatible con escabiosis aunque no se detecta ácaro).
Enfoque familiar
Ningún conviviente presenta lesiones similares.
Diagnóstico diferencial
Juicio clínico: escabiosis.
Diagnóstico diferencial: dermatitis herpetiforme, pénfigo bulloso
Tratamiento
Se inicia tratamiento con Diprogenta y se continúa con cetirizina, deflazacor y, finalmente, permetrina.
Evolución
Mejoría de la sintomatología con permetrina pautada. Familiares también realizan tratamiento.
CONCLUSIONES
Este caso es un buen ejemplo de que siempre tenemos que tener en mente el diagnóstico de escabiosis, ya que es una infección de la piel común que, aunque suele asociarse a situaciones de hacinamiento, en realidad puede afectar a cualquier persona a cualquier edad. Está producido por Sarcoptes scabiei, que origina surcos en la piel donde deposita sus huevos, especialmente visibles en las muñecas y áreas interdigitales. Se transmite por contacto directo prolongado, por lo que suelen afectarse los convivientes. Hay dos variedades: clásica (más común) y costrosa (más relacionada con inmunosupresión). El diagnóstico se confirma mediante detección de ácaros o huevos, pero el resultado negativo no excluye el diagnóstico.