XX Jornadas de Residentes y II de Tutores de la semFYC - Madrid
26 y 27 de febrero de 2016
Mixto
Introducción y justificación: la sospecha clínica y las posteriores pruebas realizadas nos hacen perder en ocasiones la perspectiva global. La intolerancia a la incertidumbre dirige nuestros actos clínicos. Varón de 50 años, exfumador y bebedor de 3 l de alcohol al día. Antecedentes personales: hepatopatía con hígado graso; rinitis crónica; coma de días de duración, hace veinte años; ansiedad secundaria a estrés laboral. No sigue ningún tratamiento crónico. Consulta en Urgencias derivado del 061 por sospecha de sinusitis aguda con cefalea frontal, irradiada holocranealmente, refractaria a paracetamol, AINE y pirazolonas orales. Refiere febrícula de 37,8 ºC y dos vómitos, sin productos patológicos, ni rigidez nucal, de 48 horas de evolución, en el contexto de catarro de las vías altas. Exploración física: dolor a la palpación de seno frontal izquierdo, leve hiperemia faríngea. En abdomen: hepatomegalia de dos traveses, ya conocida. Glasgow 15/15, sin focalidad neurológica. Resto de la exploración normal. Exploraciones complementarias y resultados: se realiza radiografía de senos paranasales y analítica. Resultados normales. Al persistir la cefalea leve y temperatura de 37,2 ºC, se propone: alta, tratamiento sintomático y observación domiciliaria. El paciente reingresa en 24 h, sin mejoría clínica. Se repite la analítica y se realiza TC de senos, con resultados normales. Se realiza punción lumbar con LCR: leucocitos 414 (monocitos: 99 %; PMN: 1 %), resto normal. Ingresa en aislamiento, con medicación analgésica i. v. RM en planta: engrosamiento mucoso de senos maxilares y quiste de retención en techo nasofaríngeo.
Diagnóstico diferencial: sinusitis aguda, cefalea tensional, faringitis aguda. Juicio clínico: meningitis viral. Sinupatía crónica. Tratamiento: ingreso hospitalario; hidratación oral; paracetamol 650 mg/8 h; lavados nasales con suero fisiológico.
El caso clínico es un ejemplo de cómo los pacientes con un diagnóstico establecido, condicionan nuestra práctica médica, aun cuando la clínica y las pruebas complementarias no lo apoyen. La intolerancia a la incertidumbre puede llevarnos a procedimientos no indicados, que, aunque a veces acierten, no deben guiar nuestros actos clínicos cotidianos.