XXI Jornadas de Residentes y III de Tutores de la semFYC - Cáceres
10 y 11 de noviembre de 2017
Atención Primaria.
Hipertensión arterial (HTA).
Enfoque individual
Antecedentes personales: dislipemia, brote colitis ulcerosa (en tratamiento farmacológico), depresión reactiva con ansiedad, timpanoplastia, fractura escafoides.
Anamnesis: varón de 34 años remitido desde revisión de empresa por cifras elevadas de PA (190/110 mmHg). Dado este hallazgo, con cifras de presión previas normales, se inicia estudio de HTA secundaria frente a primaria. El paciente se muestra asintomático en todo momento, la exploración física es normal.
Pruebas complementarias:
• Sedimento: microalbuminuria 959,3 mg/g, proteínas orina 150 mg/dl, urocultivo negativo.
• Analítica: hemograma normal, Cr 1,29 mg/dl, CDK-EPI 71 ml/min/1,73 m2, colesterol 277 mg/dl, cLDL 196 mg/dl.
• Metanefrinas en orina negativas.
• Estudio autoinmune: ANA y FR negativos, inmunoglobulinas en rango.
• Serologías negativas.
• Eco-Doppler renal: descarta etiología vasculo-renal.
• Biopsia renal: compatible con glomerulonefritis mesangial IgA.
Enfoque familiar
Paciente separado, padre de una hija. Dependiente de gasolinera.
Las continuas visitas médicas le ocasionaron problemas laborales, que fueron abordados en consulta de Atención Primaria.
Diagnóstico diferencial
Juicio clínico: la clínica y los resultados de las pruebas complementarias orientaron como diagnóstico probable patología renal, por lo que se remitió al paciente a Nefrología, siendo necesaria una biopsia renal para llegar al diagnóstico de certeza: glomerulonefritis mesangial IgA.
Diagnóstico diferencial: HTA primaria frente a secundaria, feocromocitoma, enfermedad renal vascular, hiperaldosteronismo primario, disfunción tiroidea.
Tratamiento
Dado que el paciente presentaba proteinuria y continuaba con cifras tensionales elevadas, se decidió seguir un tratamiento antihipertensivo con losartán con estricto control de la función renal. Posteriormente: losartán, prednisona, amlodipino, micofenolato de mofetilo.
Evolución
Tras tres años del diagnóstico, la evolución es favorable y el paciente se encuentra estable, asintomático, con cifras tensionales óptimas, función renal normal y sin proteinuria. Sigue controles en Atención Primaria y Nefrología.
El estudio por parte del médico de familia ante hallazgos nuevos es fundamental. Realizar un buen diagnóstico diferencial orientando y coordinando las pruebas complementarias de una manera eficaz y con los medios de que dispone es primordial. La comunicación interasistencial de calidad debe ser una realidad. La visión global desde Atención Primaria es privilegiada para la atención integral de los pacientes.