XXXVI Congreso de la semFYC – A Coruña
del 9 al 11 de junio 2016
Atención Primaria.
Caso multidisciplinar.
Aparición de lesiones nodulares eritematovioláceas, sobreelevadas, pruriginosas, dolorosas al tacto sin zonas ulceradas ni descamación en mmii.
Enfoque individual
Antecedentes personales: No RAM. DM tipo 2. Dislipemia. Pancreatitis litiásica. Colecistectomía, apendicectomía, cesárea. Tratamiento actual: simvastatina, metformina+dapagliflozina.
Anamnesis: Paciente de 45 años que acude por la aparición de las lesiones anteriormente descritas de 6 días de evolución junto con astenia y pérdida de apetito.
Exploración: Salvo las lesiones del motivo de consulta el resto de exploración fue normal.
Pruebas complementarias: Rx Tórax: normal. Analítica: anemia microcítica. Serología VHB, VHC, VIH, Treponema Pallidum negativa. Mantoux e IGRA: positivos.
Enfoque familiar
Hija menor: lesiones eritematovioláceas dolorosas que aparecen posteriormente a las de la madre. Serologías-Baciloscopia-PCR micobacterias negativos, Mantoux positivo y analítica normal. Estancia en Ecuador previa a la aparición de las lesiones.
Hija mayor: IGRA negativo en dos ocasiones. Sin lesiones.
Desarrollo
Juicio clínico: Eritema nodoso por TBC
Diagnóstico diferencial: contusión, vasculitis, gomas luéticas, eritema indurado de Bazin, paniculitis nodular sistémica por pancreatitis
Identificación de problemas: tratar a todos los contactos.
Tratamiento
Se trató a los casos con isoniazida+rifampicina+etambutol+pirazinamida y a los contactos con Cemidon con controles por MAP y UEI.
Evolución
Curación con desaparición de las lesiones cutáneas.
La tuberculosis puede manifestarse como un brote de eritema nodoso (EN): nódulos cutáneos inflamatorios dolorosos, bilaterales, simétricos, múltiples, eritematosos y sobreelevados que afectan predominantemente a la superficie pretibial de los mmii. Remite en 1-6 semanas sin cicatrices. La tuberculosis era una causa común de EN antes de los antituberculosos siendo rara en la actualidad, aunque su incidencia puede verse incrementada por una mayor movilidad poblacional, de ahí la importancia de conocerlo desde Atención Primaria. La sospecha etiológica orienta las pruebas diagnósticas (analítica, rx tórax y PPD). Si la radiografía y la PPD son negativas deben seguirse para detectar cambios. Su tratamiento es etiológico y sintomático.