ÁMBITO DEL CASO
Atención Primaria.
MOTIVO DE CONSULTA
Edemas.
HISTORIA CLÍNICA
Enfoque individual
AP: NAMC. HTA. SCASEST. Arritmia ventricular. Hiperuricemia.
Atenolol 25 mg, Atorvastatina 40 mg, Acetilsalicílico 100 mg, Amiodarona 200 mg, Omeprazol 20 mg, Losartán.
Varón de 81 años que conocemos hace 4 meses, cuando actualizamos su historia clínica completa en la consulta por reciente traslado desde un país con pocos recursos. Acude por edemas en cara y extremidades y astenia de semanas de evolución. También describe aumento de peso. Desde su llegada a España ha comenzado tratamiento de forma continuada con amiodarona, atenolol y losartan. Anteriormente había mantenido un cumplimiento terapéutico errático de estos fármacos debido a la dificultad para disponer de ellos en su entorno.
- Buen estado general. Piel frágil y seca, pérdida de vello corporal. Edema periorbitario, voz ronca. Edemas pretibilales. AC: tonos rítmicos, 50 lpm.
Pruebas complementarias: K: 6,3, TSH 150, T4 libre 0,23, creatinina 3,70, FENa 3,24% CKDEPI 15ml/min/1,73m2. ECG: bradicardia sinusal 50 lpm, bloqueo 1.er grado.
Enfoque familiar
Reciente traslado de su familia completa.
Diagnóstico diferencial
Diagnóstico: hipotiroidismo secundario amiodarona, hiperpotasemia, enfermedad renal crónica agudizada por ARA II.
Tratamiento
Se deriva a hospital para tratamiento inmediato y completar estudio.
Evolución
En el hospital, se realiza una valoración conjunta del paciente. Se realiza ecografía tiroidea sin hallar anomalías, y ecografía abdominal, que describe signos compatibles con nefropatía y atrofia bilateral renal, sin otras alteraciones en estudio Doppler renal. Se pauta tratamiento con levotiroxina y se suspende ARA II, atenolol y amiodarona con una evolución favorable con buen control analítico posterior y presentando una clara mejoría sintomática.
CONCLUSIONES
Debemos tener en cuenta que las medidas farmacológicas son parte importante del tratamiento médico, sin olvidar las posibles reacciones adversas que pueden desencadenar y siempre teniendo un control estrecho del paciente para evaluar su evolución. Por ello es importante el papel del médico de familia, que destaca por la continuidad asistencial que puede ejercer.
El médico de familia debe conocer y reconocer los posibles efectos adversos y las posibles interacciones farmacológicas de los fármacos más utilizados en el día a día para integrarlos en su rutina diaria y poder incluirlos como un posible diagnóstico diferencial para detectar los casos de iatrogenia más frecuentes y ofrecer los efectos más beneficiosos a nuestros pacientes, así como la mejor calidad asistencial posible. Siempre teniendo en cuenta el ambiente biopsicosocial del paciente y actuando en consecuencia.