La medicina rural es transversal en nuestra formación como médicos de familia y comunitarios. La formación a través de la rotación en el medio rural es clave. Esta rotación gracias a los esfuerzos del grupo de trabajo rural de semFYC actualmente se considera obligatoria. Quiero contar mi experiencia de colaborador docente.

En el periodo noviembre 2013/enero 2024 he recibido 43 residentes en rotación rural. De 5 comunidades autónomas. 3 adjuntos reciclándose. 10 estudiantes de grado de Medicina. Una media de 1.3 meses. 20% eligieron de forma voluntaria la rotación. En paralelo se solicitó que el Centro de Salud estuviera acreditado para docencia, no solo rotación rural (lo es desde 2022).

Es difícil centrar a los residentes en tan corto período de tiempo, pero por sus comentarios al final de la rotación fueron capaces de darse cuenta de la idiosincrasia del trabajo rural (avisos, urgencias, familia, pueblo, residencia de ancianos, comunidad, relación con la gente). Muchos de ellos ponen como dificultad el desplazamiento.

Una parte de la formación se dedicaba a instar al residente que diera una sesión clínica en el centro y que publicara algún caso clínico o nos ayudara con algún proyecto de investigación.

Como resultado mi curriculum sufrió un importante empuje en número de comunicaciones a revista y congresos. Y para muchos residentes su primera oportunidad de ello. Y también la creación de unas jornadas de medicina rural con debate y participación de los residentes.

La rotación rural es obligatoria para mostrar al residente otro medio de realizar nuestro agradecido trabajo.

La obligatoriedad no debe traducirse en rellenar el expediente sino estimular al docente y discente a preocuparse por su formación.

Cuando en el grupo de trabajo rural de semFYC propuso la obligatoriedad de esta rotación estaba claro que era necesaria

Queda pendiente dotarla de unos contenidos diferenciadores y evaluables.