XXXV Congreso de la semFYC - Gijón
del 11 al 13 de junio 2015
65 participantes con diagnóstico reciente de CCR, 41 hombres y 24 mujeres. Edad media: 69,53 (DT = 11,10; rango = 40-90). Se incluyen todos los pacientes consecutivos diagnósticados de CCR con indicación quirúrgica.
Instrumento: TD compuesto por dos partes: a) Utilizando una escala tipo Liker, realizar una valoración global del malestar (No distrés: 0) (Distrés extremo: 10) b) Señalar las áreas en las que ha tenido problemas durante la semana anterior.
Se realiza un análisis descriptivo.
Un 61,5% puntuaron con 4 o más el malestar experimentado (distrés moderado a grave). Los problemas más frecuentes son las preocupaciones (60%), nervios (47,7%) tristeza (36,9%), miedo (33,8%) pérdida de interés en actividades diarias (20%)
Las mujeres presentan mayor puntuación en miedo (p=0.03) nervios (p=.01) tristeza (p=.006) y pérdida de interés en actividades diarias (p=.006). Los separados y solteros presentan más tristeza y menos los que viven en pareja (p=.03). Los más jóvenes tienen más depresión (p=.03) y pérdida de interés en actividades diarias (p=.01). Los jóvenes que llevan a cabo una actividad laboral presentan más depresión (p=.001), miedo (p=.02) tristeza (p=.001) y pérdida de interés en actividades diarias (p=.001)
Se obtiene un porcentaje ligeramente mayor de pacientes con distrés que en la literatura (Hoffman, 2004). Los jóvenes presentan mayor vulnerabilidad (Bloom 2007). Aunque la mayoría de los supervivientes pueden adaptarse con éxito (Bellizzi & Blank 2007) muchos presentan secuelas psicológicas significativas (Bower 2008). Un porcentaje presentará más distrés a largo plazo (Dunn 2012) de ahí la necesidad de su monitorización. El termómetro de distrés es un instrumento válido y aplicable en atención primaria para la detección de malestar psicológico en pacientes afectos de cáncer.