XXXVI Congreso de la semFYC – A Coruña
del 9 al 11 de junio 2016
Enfoque inicial: Médico de Familia (MF). Seguimiento mixto: Atención Especializada + MF.
Caso multidisciplinar
Lesiones pruriginosas cutáneas de semanas de evolución.
Enfoque individual
Antecedentes personales: Colitis Ulcerosa desde 2009. Múltiples brotes con ingresos hospitalarios. En tratamiento biológico con Infliximab para prevenir brotes. Síndrome de Sjögren.
Anamnesis: Mujer de 52 años que consultó al MF por lesiones eccematosas muy pruriginosas en piel de tronco y extremidades inferiores. En una segunda fase afectación de palmas.
Exploración: Lesiones eccematosas húmedas tratadas con antihistamínicos y esteroides en excipiente húmedo. Ante mala evolución su MF prescribió prednisona VO a dosis de 1 mg/kg. Ante la ausencia de mejoría se consultó a dermatólogo que incialmente mantuvo tratamiento. Una semana después la paciente consultó a su MF por lesiones eccematosas y pustulosas en palmas de manos. Ante la sospecha de Psoriasis pustulosa y tras revisar bibliografía su MF volvió a consultar a dermatólogo y digestólogo para valorar retirada de infliximab y adecuar tratamiento.
Digestólogo mantuvo infliximab y dermatólogo decidió asociar metotrexato con escasa mejoría de las lesiones cutáneas. Tras varias semanas de tratamiento se produjo un lento descenso de lesiones y sintomatología, persistiendo aún 3 meses después lesiones residuales.
Enfoque familiar
Casada con dos hijos. Familia biparental estructurada. La paciente no reconocía vivencias estresantes que interfieran en la historia natural de su enfermedad, a pesar del inminente cirugía bariátrica de su marido.
Desarrollo
Inicialmente ante lesiones cutáneas poco definidas se etiquetó como eccema de etiología no definida. Posteriormente y a pesar de infrecuencia, se diagnosticó como Psoriasis pustulosa 2ª a infliximab, confirmada por dermatólogo.
Tratamiento
Metotrexato con ácido fólico y antihistamínicos.
Evolución
Evolución tórpida de lesiones de piel a pesar de tratamiento.
Con un aumento en el uso de fármacos biológicos (como Infliximab) hay también un mayor aumento de la reacciones adversas paradójicas. Hay que valorar cuidadosamente el balance del riesgo de interrumpir el tratamiento frente el beneficio de prevenir brotes de colitis. El MF debe estar alerta de estas reacciones para junto a especialistas hospitalarios elegir la mejor decisión en cada paciente.