VI Jornadas semFYC de Medicina Rural
28 y 29 de octubre de 2022
Atención Primaria.
Parestesias en miembros inferiores.
Enfoque individual
Hombre de 43 años, conductor profesional, entre cuyos antecedentes destacan: Alcoholismo crónico en deshabituación desde septiembre 2021. Exfumador 20 paquetes-año. Dislipemia.
Apnea obstructiva del sueño moderada posicional.
Bypass gástrico en 2007 por obesidad clase III.
Tratamiento habitual con disulfiram, rosuvastatina y complementos multivitamínicos.
Refiere sensación no dolorosa de calambres intermitentes en ambos miembros inferiores de al menos cinco años de evolución. Describe inicio en región lumbar con irradiación hasta dedos de los pies, con predominio nocturno sin llegar a impedir el sueño. También le sucede al conducir. Sin otra sintomatología en la anamnesis por aparatos.
Exploración física completa, incluyendo neurológica, sin más hallazgos de interés que un índice de masa corporal de 35 kg/m2.
En las pruebas complementarias se objetiva anemia ferropénica crónica desde 2013, probablemente secundaria a malabsorción postquirúrgica. Se descartan diabetes e insuficiencia renal crónica, no apreciándose más alteraciones que la ya conocida dislipemia.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
El juicio clínico inicial es síndrome de piernas inquietas, pudiendo considerarse un diagnóstico diferencial con trastorno por movimiento periódico de miembros.
Tratamiento y planes de actuación
Inicialmente se plantea tratamiento con ferroterapia oral, que fracasa por intolerancia digestiva, por lo que se pauta tratamiento intravenoso con hierro carboximaltosa: 1000 mg en primera dosis y 500 mg adicionales una semana después.
Evolución
En el plazo de tres meses, la sintomatología prácticamente desaparece, con persistencia de las parestesias únicamente al conducir muchas horas seguidas. Analíticamente se corrige completamente la anemia (hemoglobina 15,5 g/dl; previa 11,7 g/dl) y casi totalmente la ferropenia, con una ferritina de 21,19 ng/ml (previa 6,56 ng/ml) e índice de saturación de la transferrina del 26%.
El síndrome de piernas inquietas es un diagnóstico clínico que se realiza fundamentalmente a partir de la anamnesis. Antes de iniciar tratamiento sintomático con agonistas dopaminérgicos o gabapentina deben estudiarse factores predisponentes y precipitantes (entre los que destacan la ferropenia y la anemia, pero también la diabetes, la insuficiencia renal crónica y enfermedades neurológicas como Parkinson y esclerosis múltiple), cuyo control puede conducir a una mejoría clínica que haga innecesarios los mencionados fármacos.