XL Congreso Nacional y I Congreso Virtual de la semFYC - Valencia
del 15 de septiembre al 6 de octubre de 2020
Atención primaria, servicios de urgencias.
Fiebre, exantema generalizado y mialgias.
Enfoque individual
Paciente de 44 años marroquí sin AMC ni hábitos tóxicos, diabético en tratamiento con ADO\'s y obeso que acude a atención continuada explicando que des del regreso de Marruecos lleva 3 días con fiebre de 39.5ºC y escalofríos, mialgias, cervicalgia y cefalea. Y desde hace un día le ha aparecido un exantema por todo el cuerpo. Refiere que allí le picaron varios insectos, y que tiene una picada en la ingle izquierda que le duele tiene una costra negra y mal aspecto.
Exploración física: presenta una lesión en resolución con fondo necrótico en ingle izquierda y pápulas eritematosas distribuidas por todo el cuerpo incluso palmas y plantas. Además de aftas en mucosa yugal y labio inferior parte interna sin adenopatías.
Analítica: transaminitis (AST 238, ALT 183, GGT 300) y PCR 270.9 sin leucocitosis.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Ante la presencia de fiebre, exantema generalizado y mialgias se decide realizar ampliación de analítica con serologías: VIH, VHC, VHB, VHA, sífilis, coxiella burnetti y rickettsia conorii.
Diagnóstico diferencial: meningococemia, sarampión y rubéola.
Tratamiento y planes de actuación
Iniciamos analgesia, antitérmicos y cobertura antibiótica con 200 mg de doxiciclina por vía oral en 1 sola dosis, seguida por 100 mg 2 veces al día hasta que el paciente mejoró considerando esta mejora un periodo de >48 horas sin fiebre.
Evolución
Durante el tratamiento antibiótico obtuvimos los resultados serológicos positivos de IgM e IgG a Rickettsia conorii, que confirmaron la sospecha inicial.
La rickettsiosis es una enfermedad aguda y zoonótica. La fiebre botonosa mediterránea está causada por la Rickettsia conorii que se transmite por la garrapata marrón del perro (Rhipicephalus sanguineus). Es generalmente benigna, de gravedad moderada y con baja mortalidad, pero se ha descrito una forma maligna con afección renal, hepática, hematológica, pulmonar y cardiovascular. Se caracteriza porque causa fiebre, escara, erupción petequial y adenopatía regional. Por lo que reconocer esta enfermedad e iniciar los antibióticos de manera empírica desde Atención Primaria, sin esperar los resultados de las pruebas de diagnóstico, ayuda a prevenir el deterioro significativo del paciente, su muerte y la convalecencia prolongada.