Atención Primaria.

Fiebre.

Enfoque individual

Varón de 42 años, consulta por fiebre de 3 días, sin otra clínica y con exploración física sin hallazgos. Se realiza PCR de SARS-CoV2, negativa. Un mes después, reconsulta por episodios intermitentes de picos febriles nocturnos, sin focalidad infecciosa ni sudoración nocturna. De nuevo, exploración física anodina. Se repite PCR SARS-CoV2, negativa, y se solicita analítica de orina, que muestra microhematuria aislada, y sanguínea, en la que destaca elevación de transaminasas.

Enfoque familiar y comunitario

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Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas

Ante la presencia de fiebre persistente sin focalidad infecciosa y de picos febriles nocturnos con elevación de transaminasas, se solicita ecografía abdominal para descartar patología biliar o abscesos hepáticos, y Rx de tórax para descartar neumonía. En la primera, se describe la presencia de un conglomerado adenopático paraaórtico, mientras que la Rx muestra un ensanchamiento mediastínico, planteando proceso linfoproliferativo como primera opción diagnóstica. 

Tratamiento y planes de actuación

Se contacta con Hematología para derivación urgente de cara a completar estudio y tratamiento.

Evolución

Se realiza PET que confirma la presencia de conglomerados adenopáticos en mediastino y retroperitoneo, biopsia de médula ósea, normal, y biopsia de adenopatías que muestra histología compatible con tumor de células germinales, por lo que el paciente es derivado a Oncología Médica para inicio de tratamiento.

La fiebre es un motivo de consulta muy frecuente en Atención Primaria. En la mayoría de las ocasiones se resuelve en menos de una semana antes de alcanzar un diagnóstico. Sin embargo, resulta especialmente importante realizar un estudio exhaustivo en aquellos pacientes que presenten fiebre prolongada.   En estos, a pesar de que hasta en el 50% de los casos la etiología es infecciosa, no se deben olvidar otras causas como las neoplasias, bien sean sólidas o hematológicas y que pueden suponer hasta el 20% de los casos, o las colagenosis y vasculitis. Esto resulta especialmente relevante en situaciones como la pandemia por COVID-19, en la que los esfuerzos dirigidos a detectar dicha enfermedad y frenar su transmisión pueden facilitar que otras causas de fiebre sean obviadas.  Resulta vital, por tanto, realizar un adecuado abordaje de la fiebre persistente planteando un diagnóstico diferencial amplio y solicitando las pruebas complementarias pertinentes para llegar al diagnóstico.