Crear un espacio comunitario de reflexión, diálogo y acompañamiento que facilite hablar del buen morir y el derecho a decidir para la prevención del duelo complejo.

Curiosamente, prepararnos para morir y acompañar en el buen morir requiere de las mismas herramientas que prepararnos para una vida plena: lucidez y gestión emocional para transitar las emociones difíciles. Comprender que en el acto de irnos participan diferentes aspectos y la importancia de atenderlas todas, es imprescindible para que la persona que muere lo haga en paz y serenidad, porque no todo lo que refiere a la muerte es horrible y trágico.

Mediante 4 encuentros que hacen uso de la literatura como hilo conductor, introducimos la temática y las diferentes dimensiones relacionadas con el último tramo de vida. Se trata de una acción comunitaria que asume el desafío de ofrecer herramientas cálidas, compasivas y respetuosas para resolver el enorme desafío de hacer frente a la propia muerte y a la de los seres queridos, aceptando que la formación y el conocimiento no son hoy un lujo sino una necesidad.

El programa es ágil, accesible y muy pedagógico, con un formato y estructura que, además de su enorme interés intrínseco, está impregnado de ejemplos concretos de acompañamiento en el buen morir.

La muerte asusta porque se asocia al sufrimiento, a la pérdida, a la tristeza y al drama, nos recuerda nuestra finitud no deseada y es la eterna lección de humildad para la ciencia y la humanidad.

Instruirnos en la empatía, el sentir y la bondad nos brinda una oportunidad única para afrontar el momento, mostrar nuestra vulnerabilidad, saber despedirnos y prevenir el duelo.

Por su enorme interés, la experiencia ya ha sido replicada en otros territorios con un auge de participación en población general y asistencial.