1. Realizar un programa de salud de ancianos, mayores de 80 años, para mantener la fuerza muscular, mejorar las limitaciones músculo-esqueléticas, haciendo que se mantenga la independencia y la calidad de la vida autónoma.
2. Hacer que a través del ejercicio se fomente la relación interpersonal, paliando el sentimiento de soledad.

Se objetiva que la salud de los ancianos, tras la pandemia por el covid-19, se ha deteriorado con mayor limitación funcional, por lo que se plantea desde los consultorios establecer unos programas de ejercicio dentro de las partidas de los consistorios para la dependencia. Se unen dos localidades y contratan a un fisioterapeuta. Desde las consultas se derivan a los pacientes, mayores de 80 años, con un objetivo terapéutico concreto según el grupo muscular a ejercitar. Se establecen sesiones de una hora semanales, en un grupo de quince personas, cada uno con un plan individualizado. Cada dos meses se evalúan en consulta, dando de alta a los que han cumplido objetivos e integrando a otros nuevos.

La experiencia ha sido totalmente positiva. Se ha evaluado una mejora franca en la movilidad y en el ánimo del grupo tratado. Los participantes no quieren abandonar el grupo, por lo que se plantea aumentar las horas. Los mayores se sienten cuidados y se cuidan.

Muchos adultos mayores enfrentan barreras para realizar actividad física regular, como la falta de acceso, motivación, orientación o apoyo social. El integrar la actividad física subencionada la hace accesible al usuario y el que sea prescrita y controlada desde la consulta le da importancia. Acercar el ejercicio al entorno rural es fácil y necesario.