XLIV Congreso de la semFYC - Barcelona
14-16 de noviembre de 2024
Paciente femenina de 87 años con debilidad generalizada, dificultad para realizar AIVD y varias caídas en los últimos seis meses.
Enfoque individual
Antecedentes personales:
Anamnesis: refiere sentirse más cansada de lo habitual, pérdida de fuerza en piernas. Ha perdido 3 kg en tres meses. Dificultad para levantarse de la silla sin ayuda. Vive sola y su hija la visita dos veces por semana.
Cribado con escala FRAIL: frágil (puntaje 4/5).
Valoración Geriátrica Integral (VGI): clínica (analítica normal, EF anodina), psicológica (Yesavage: no depresión), cognitiva (MMSE 26), social (Escala de Gijón normal).
Prueba de rendimiento físico (SPPB): 6/12 (rendimiento moderadamente bajo).
Enfoque familiar y comunitario
La paciente tiene apoyo limitado en el hogar. Vive en un barrio con pocas opciones de transporte público y cerca de un centro de actividad física para personas mayores. Hija sobrecargada con las visitas y el cuidado.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Diagnóstico: síndrome de fragilidad confirmado con escala FRAIL y VGI.
Diagnóstico diferencial: sarcopenia, depresión, hipotiroidismo, AIT.
Problemas identificados:
Tratamiento y planes de actuación
Revisión de medicación con criterios de prescripción adecuados. Continuar con enalapril y metformina.
Fisioterapia para fortalecimiento y equilibrio; evaluación nutricional; coordinación social para aumentar el soporte domiciliario; participación en un programa comunitario de actividad física.
Evolución
En tres meses, la paciente muestra mejoría en la fuerza muscular y estabilidad. Ha aumentado sus actividades sociales y no nuevas caídas. Refuerza la importancia del soporte familiar y comunitario en su recuperación.
La atención integral y multidisciplinaria es crucial en el manejo de la fragilidad en el adulto mayor. Las herramientas de cribado (escala FRAIL) y la confirmación mediante VGI son fundamentales para la evaluación. La coordinación entre servicios sanitarios y comunitarios, y el soporte familiar, son esenciales para mejorar la calidad de vida y prevenir complicaciones.