ÁMBITO DEL CASO
Atención Primaria.
MOTIVO DE CONSULTA
Bultoma suplaclavicular derecho.
HISTORIA CLÍNICA
Enfoque individual
Varón de 63 años, NAMC. Antecedentes de HTA, DL, ulcus gástrico, artrosis. IQ: hernia inguinal derecha, amigdalectomizado, adenopatía cervical con 10 años. Exfumador. No otros hábitos tóxicos. Tratamiento con Amlodipino, Rosuvastatina. Acude a nuestra consulta tras notarse recientemente un bulto supraclavicular derecho sin otros síntomas que lo acompañen. A la exploración física se palpa ganglio blando, delimitado, 2 cm, no adherido, no doloroso a palpación sin signos inflamatorios. Radiografía de tórax urgente: normal. Acude a los 10 días por nuevo bultoma contiguo idéntico. Sospechando malignidad, se contacta telefónicamente con Cirugía Maxilofacial para BAG urgente —rechazan hacerla por no considerarlo de su competencia— y con la Unidad de Diagnóstico Rápido (UDR), quienes aconsejan derivación a Urgencias para BAG. Se realiza PAF: ganglio linfático reactivo; se aconseja BAG si persiste sospecha. Desde UDR: serología y marcadores tumorales normales; TAC: conglomerado adenopático en región supraclavicular derecha hasta base del cuello y se solicita BAG para descartar proceso linfoproliferativo e interconsulta con Otorrinolaringología (ORL).
Enfoque familiar
Desde ORL remiten a Medicina Interna por falta de hallazgos, quienes lo derivan a Hematología dado el resultado de BAG para ampliar estudio de médula ósea y plan de actuación.
Diagnóstico diferencial
BAG: linfoma no Hodking B de bajo grado tipo LLC/linfoma linfocítico.
Tratamiento
Al tratarse de un estadio localizado, se decide radioterapia.
Evolución
Desde que se pide en Atención Primaria la BAG hasta que se realizó, pasaron 30 días y hasta el diagnóstico de Hematología, 67 días. El resultado es el sospechado por su médico desde el primer momento. En espera de tratamiento.
CONCLUSIONES
Se debería reflexionar sobre el objetivo de la profesión médica y el respeto a nuestros compañeros y su criterio, debería primar siempre el bienestar del paciente. Parte de nuestro cometido es intentar abordar las cosas a tiempo y evitar incertidumbres a veces más angustiosas que la misma enfermedad en sí. Todos los especialistas deberíamos ser resolutivos, sin encasillarnos ni negarnos a remitir y derivar llegado el caso. Nuestra misión es ayudar al paciente y ayudarnos entre nosotros, dando el máximo y colaborando entre especialidades para alcanzar estos objetivos, porque, ya se sabe, cuatro ojos deberían ver más que dos.