XX Jornadas de Residentes y II de Tutores de la semFYC - Madrid
26 y 27 de febrero de 2016
Mixto
Varón de 32 años sin antecedentes personales de interés que acude a Urgencias por dolor abdominal y vómitos de una semana de evolución; diagnosticado de GEA, al igual que su esposa, que refería la misma sintomatología, menciona sentir malestar general y persistencia de sintomatología, motivo por el cual consulta nuevamente. Refiere un dolor en localización epigástrica, intermitente, de tipo opresivo, irradiado a la espalda, que empeora con los movimientos y la palpación. En ocasiones se acompaña de náuseas y algún vómito esporádico. Ante la descripción del dolor se decide realizar ECG: RS a 82 lpm, eje normal con elevación del ST de V1 a V6 y negativización de ondas T en V4-V6 y II; analítica con enzimas cardíacas: CK 96, troponina 5,9 y Rx de tórax normal. Dados estos hallazgos, se comenta el caso con el servicio de Cardiología.
Diagnóstico diferencial del dolor torácico: patología isquémica, no isquémica, infecciones, trombos, NT, pancreatitis, úlceras, biliar, esofágica, perforaciones, herpes, ósea-ligamentosa, muscular, nerviosa, toxoinfecciones alimentarias, cancerosa obstructiva, sobreingestas medicamentosas, alcohol, drogas, psicógena... Los cardiólogos realizan ecocardiograma con FEVI del 40 %, y se decide el ingreso del paciente por infarto agudo de miocardio anterior evolucionado; en la coronariografía se evidencian lesiones en DA y D2, que son tratadas mediante técnicas intervencionistas y farmacológicas.
Ante un dolor epigástrico con o sin cortejo vegetativo, debemos realizar un ECG al ser una prueba inocua, de bajo coste y de gran información. Las enzimas cardíacas son recomendables, exceptuando que descartemos etiología cardiológica. Independientemente de la clínica y el contexto epidemiológico, debemos individualizar al paciente y obviar información accesoria para evitar la subjetividad.