Enfoque individual

Se presentan dos casos clínicos que comparten muchas similitudes. En el primer caso, una mujer de 16 años acude a urgencias de atención primaria por una intensa erupción eritematosa en la región distal de las falanges de ambas manos, con menos de 24 horas de evolución, tras aplicarse esmalte de uñas en su domicilio. En la exploración se observa eritema periungueal en todas las falanges de ambas manos, sin prurito ni fiebre, y sin signos de infección ni lesiones satélite. Se diagnostica dermatitis alérgica por contacto con esmalte de uñas.

En el segundo caso, una mujer de 17 años acude por prurito tras estar en contacto con esmalte de uñas al hacerle las uñas a su madre. Refiere intenso prurito en ambas manos y antebrazos, con discreta mejoría parcial con cetirizina. También menciona episodios similares previos. La exploración muestra erupciones eritematosas en los antebrazos que desaparecen a la vitropresión, sin signos de infección ni edema periungueal. La orofaringe presenta una úvula centrada sin edema. Se suspende cetirizina y se prescribe ebastina 20 mg una vez al día, con destino al alta a domicilio y seguimiento por su Médico de Familia.

Enfoque familiar y comunitario

Estos casos clínicos evidencian los riesgos asociados con el uso de cosméticos para uñas en la población adolescente. La facilidad de acceso a estos productos, junto con su aceptación cultural generalizada, expone a las adolescentes a dermatitis de contacto, una complicación cada vez más común en este grupo. Los esmaltes de uñas contienen químicos como acrílatos y formaldehídos que pueden desencadenar reacciones alérgicas.