Comunicaciones: Experiencias

¡Háblame con el cuerpo! (póster)

Objetivos

Nos enfrentamos a un futuro en el que el número de pacientes de distintos orígenes y culturas se verá incrementado. El objetivo de la experiencia se centra en disminuir el estrés adicional que supone la entrevista clínica para el profesional sanitario al enfrentarse a un paciente extranjero que no habla nuestra lengua.

Descripción

La paciente acude a la consulta con su padre por encontrarse muy nerviosa y con molestias en ambos tobillos. Realizamos la anamnesis a través del padre, de 40 años y nacido en Rumanía, que refiere que ha notado que a su hija «se le han deformado los tobillos en las dos últimas semanas». No refiere traumatismo previo ni dolor con la deambulación. Tras realizar la historia clínica con dificultades, comenzamos la exploración de la paciente. Se encuentra taquicárdica a 160 lpm y sudorosa, y lo que el padre describía como deformidad se muestra como edema en ambos tobillos. Además, en la inspección apreciamos un posible bocio. Se solicitan pruebas complementarias (análisis de sangre) y se pauta tratamiento sintomático. Ecografía en el centro de salud: se aprecia nódulo tiroideo, por lo que se deriva a la paciente al servicio de Endocrinología.

Conclusiones

Debemos tomar conciencia de este problema, nosotros y nuestros pacientes, y animarnos al aprendizaje de nuevas lenguas.

Aplicabilidad

Cuando desconocemos la lengua del paciente, debemos apoyarnos principalmente en el lenguaje corporal y no en el verbal, así como utilizar ciertas palabras clave que conozcamos y que nos ayuden a orientar el diagnóstico. De igual forma, debemos animar al paciente a integrarse en nuestra sociedad. Hay que explicarle las ventajas y oportunidades que conlleva el tener conocimiento de la lengua del país en el que reside, y no solamente en el ámbito sanitario, sino también en el laboral, social…

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