• Tener un espacio en el que compartir dudas, experiencias y resolverlas en conjunto.
• Ejercitar habilidades que les permitan actuar en situaciones como accidentes domésticos o reconocer las patologías más frecuentes.
• Empoderar a la población y superar la «sanitario-dependencia».

Desde los consultorios de nuestra zona rural, identificamos que varios padres, primerizos o no (sobretodo madres y abuelas), tenían dudas sobre temas recurrentes en relación al cuidado de sus hijos. Igualmente se detectó que la fiebre, la tos y otros motivos de consulta, les creaba mucha ansiedad y realizaban múltiples consultas por ello. Dada la buena predisposición a aprender, se les propuso crear un grupo que englobara a los padres de todos los consultorios. Continuamos su difusión con una captación activa mediante carteles informativos, redes sociales y en la propia consulta.
El grupo comenzó con una sesión mensual de 2 horas, en las que se debatía sobre temas que propusieron como primeros auxilios, el sueño, infecciones respiratorias, alimentación, rabietas… En el proyecto se ha contado con la
participación de enfermería, medicina y psicología.

Con estas sesiones los padres tenían un espacio en el que ser escuchados, resolver dudas con fuentes fiables y mejorar la relación médico-paciente Los talleres se evaluaron de forma continuada en función de asistencia, participación, consecución de los objetivos.

La crianza de los hijos se inicia con gran ilusión pero también con muchas dudas, angustia, etc. Y, no siempre se es consciente de la necesidad de tener un espacio donde reflexionar acerca de esos temas. 

Desde el punto de vista nuestro, de los sanitarios, ha sido una oportunidad de empoderar a las familias dada la impresión de la falta de cultura sanitaria en nuestros días en cuestiones como fiebre, caídas, gastroenteritis.. en las que encontramos a los padres con mucha dependencia médica y falta de recursos.