XXXVI Congreso de la semFYC – A Coruña
del 9 al 11 de junio 2016
Atención Primaria.
Acude a consulta por presentar restos de sangre en la eyaculación desde hace meses.
Enfoque individual
Antecedentes personales: Varón. 69 años. Dislipémico. No antecedentes urológicos.
Anamnesis: No clínica miccional. No síndrome constitucional. Refiere que hace unas semanas presentó dolor en hipogastrio, autolimitado.
Exploración: abdomen blando y depresible, no doloroso a la palpación. En tacto rectal, próstata adenomatosa grado II, sin palparse nódulos. Resto exploración física normal.
Pruebas complementarias: PSA y resto parámetros en rango. Urocultivo negativo. Cultivo semen: crecimiento Aerococcus viridians. Ecografía: próstata de 37 cc, contornos bien definidos.
Enfoque Familiar
Casado, acude con su pareja, que descarta sangrado por su parte. Pide cita aconsejado por ella. Reacio a hablar de su problema, prejuicios de que el interés por el sexo es anormal a su edad.
Desarrollo
Diagnóstico diferencial: Lesión neoplásica, hipertrofia prostática, infecciones urogenitales, litiasis, divertículo.
Juicio clínico: Infección prostatoseminal por A. viridians
Tratamiento
Ciprofloxacino 500 mg vo c/12 horas 28 días.
Evolución
Cultivo postratamiento negativo. Se cita para control en dos meses, asintomático.
En consulta debemos recordar que en el transcurso de la senectud, la sexualidad sigue desempeñando un papel importante. Debemos fomentar de cara a afrontar problemas relacionados con la sexualidad actitudes como la empatía, la escucha activa, el respeto y la autoaceptación. Hemospermia es la presencia de sangre en el semen. La edad es un factor fundamental a la hora de valorar el origen. En la primera consulta se deben descartar causas de seudohematospermia: hematuria, sangrado de la pareja o melanospermia. El dolor eyaculatorio, disuria y distermia se asocia a origen infeccioso (Escherichia coli, Klebsiella, Proteus, Pseudomonas). Incontinencia, nicturia o retención, orientan a patología prostática obstructiva, y pérdida de peso, hematuria, sudoración nocturna, adenopatías o dolor óseo, sugieren neoplasia. En ocasiones se ha asociado a enfermedades sistémicas como hipertensión no controlada o alteraciones de la coagulación. En la exploración física, se debe registra presión arterial y temperatura, valorar abdomen, genitales y tacto rectal. El tratamiento empírico de las prostatovesiculitis se basa en una fluoroquinolona durante 28 días. El patógeno causante, A. viridians, es un coco Gram positivo de poca virulencia, aunque es agente causal de endocarditis infecciosas e infecciones del tracto urinario en ancianos.