XX Jornadas de Residentes y II de Tutores de la semFYC - Madrid
26 y 27 de febrero de 2016
La diabetes mellitus es prevalente. El 36 % de los ingresos en el hospital son diabéticos. El coste se dispara (mayor número de complicaciones y días de ingreso). La mala calidad del alta hospitalaria de éstos y el tardío control de sus médicos y enfermeros de Atención Primaria empeoran el pronóstico (hipoglucemias, reingreso, mortalidad). Es el propósito de este caso sensibilizar a los especialistas en Medicina de Familia y Comunitaria y residentes acerca de la necesidad de optimizar altas y controles al alta de estos pacientes: modificación del tratamiento, insulinización, corticoides.
Mujer de 83 años. En tratamiento con enoxaparina 40/12 h, hidroclorotiazida 50 mg/24 h, glicazida 60 mg/12 h y metformina 850mg/12 h por diabetes mellitus. Avisan desde residencia de ancianos (rehabilitación fractura de cadera) por mareo, disartria, mano torpe, obnubilación y desconexión del medio. Glucemia capilar 79 mg/dl. Tras suministrar fructosa oral mejora hasta estar asintomática. Cuando llegamos se encuentra con PA 120/75 mmHg, glucemia 189 mg/dl, ACP y neurológico normal.
Ictus hipoglucemia grave.
Se deriva a la paciente al hospital (CT craneal y analítica normal) y se le da el alta sin secuelas (hipoglucemia grave). Hablando con las auxiliares de la residencia se descubre que a la paciente se le había administrado insulina glargina 12 UI esa mañana. Revisando el informe de alta de la fractura de cadera dos días atrás, éste pone: insulina glargina 12 UI/24 h, y «resto como anterior tratamiento». No indica una pauta de seguimiento ni controles. Había recibido insulina y antidiabéticos orales. Un error de seguridad muy grave. Se podría haber evitado si hubiera funcionado la continuidad de cuidado, se hubiera incluido el motivo de la insulinización y los controles a seguir.