Valoración de las consecuencias clínicas y formativas de las rotaciones forzosas de las MIR MFyC en los hospitales de pandemias.

Durante la primera ola de la pandemia COVID-19 en España varias comunidades autónomas crearon centros hospitalarios destinados a pacientes ingresados con patología COVID. Algunas de esas comunidades ordenaron el traslado obligatorio de MIR de MFyC, justificándose en la integralidad de nuestras competencias para sustituir a especialistas en atención hospitalaria. En algunas comunidades, las Unidades Docentes apoyaron y garantizaron la obligatoriedad de dichas rotaciones. En nuestra comunidad autónoma, las necesidades de recursos humanos del hospital monofocal resultaron ser menores a las de la Atención Primaria de la que proveníamos muchas de las profesionales. El estrechamiento de la puerta de acceso al sistema en un momento de máxima necesidad repercutió en retraso en la atención de la patología COVID y no COVID grave, empeorando el pronóstico y aumentando la necesidad de atención hospitalaria. Formativamente, la atención a pacientes encamados estables fue un pobre sustituto a la atención longitudinal e integral a nuestros cupos. La pérdida de competencias pudo repercutir en el bajo interés de las MIRes en mantener su trabajo en Atención Primaria posteriormente. La obligatoriedad de las rotaciones, ignorando el criterio de residentes y tutoras, supuso una enseñanza ideológica irreemplazable: se prioriza el cortoplacismo mediático de la asistencia hospitalaria frente a las necesidades en formación de futuras especialistas en AP.

Reducir los recursos de Atención Primaria para suplir la demanda hospitalaria supuso un coste de oportunidad clínico en morbimortalidad que está aún por cuantificar. Reducir las rotaciones de las MIRes en sus centros de salud afectó a nuestra formación como futuras profesionales.

En la próxima situación que requiera un aumento de la mano de obra, las Unidades Docentes deberían priorizar mantener la formación.