13-14-15 de noviembre de 2025
Atención Primaria y servicio de Urgencias.
Paciente mujer de 86 años, derivada desde AP por delirios de persecución, de castigo y actitud violenta desde hace 3 días, tras haber sido tratada para Diverticulitis aguda.
Enfoque individual
Con AP como HTA y DL, además de hernia de hiato, insuficiencia renal leve, escoliosis degenerativa, discopatía c3-c5 y liquen vulvar.
La paciente se hallaba afebril, consciente, orientada, con buen estado general, poco colaboradora, por lo que se pauta Haloperidol 5 mg y Midazolam 2 mg, junto con monitorización de constante y gafas nasales para oxigenoterapia. Presentaba unas TA 121/53 con FC 77.
La exploración cardiorrespiratoria con soplo pansistólico panfocal. Neurológicamente sin focalidad.
En control analítico y radiografía de tórax, sin hallazgos significativos. Se realizó TC de cráneo, en que se evidenció hipodensidad en sustancia blanca periventricular, subcortical y profunda en relación con microangiopatía grado 3 de Fazekas, además de atrofia cortical global (GCA 1).
Tras valoración por Psiquiatría de guardia, se descarta patología psiquiátrica de base y descompensación psicopatológica.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Diagnóstico diferencial:
Accidente isquémico transitorio; trastorno psicótico; meningitis.
Juicio clínico:
Delirium en paciente frágil probablemente secundario a ingreso hospitalario. Deterioro cognitivo.
Tratamiento y planes de actuación
Al alta hospitalarias, se indicó control y seguimiento por Médico de Atención Primaria y Neurología, en consulta de demencias, con tratamiento de Quetiapina 25 mg 1c cada 12 h, pudiendo incrementarse 1 c. cada 24 h. semanalmente hasta 2 c. cada 12 h, en función de tolerancia.
Evolución
Favorable.
Este caso clínico resalta la complejidad del manejo de pacientes ancianos y frágiles. A pesar de su aparente buen estado general, el delirium probablemente inducido por el ingreso hospitalario pone de relieve la importancia de una atención integral y coordinada, donde la Medicina de Familia juega un papel crucial, especialmente en situaciones posteriores a ingreso y alta hospitalaria.