XLIV Congreso de la semFYC - Barcelona
14-16 de noviembre de 2024
Urgencias Primaria/hospitalaria.
Hombre de 32 años, acude por cefalea sin otra sintomatología acompañante.
Enfoque individual
Antecedentes personales: Obesidad, HTA con doble terapia.
Anamnesis: Cefalea holocraneal de 12 horas de evolución que no interrumpe el descanso nocturno, sin náuseas ni vómitos, que no aumenta con valsalva. Niega alteraciones visuales, déficit motor o fiebre. En historial consta analítica de urgencias hospitalaria por crisis hipertensiva con filtrado glomerular de 27 (analíticas previas con función renal sin alteraciones).
Exploración: TA: 230/170 mmHg, FC: 100 lpm SatO2: 97%. Exploración cardiorespiratoria y neurológica anodina. Se realiza electrocardiograma (ECG): Ritmo sinusal 100 lpm, PR 160 ms constante. QRS con criterios de hipertrofia ventricular izquierda (HVI). T negativas en V4, V5, V6, DI, DII, AvL. Presentes en ECG previos. Tira de orina: sangre una cruz.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Paciente con cefalea en contexto de crisis hipertensiva. Considerando el deterioro de la función renal no estudiada previamente, ECG con signos de HVI, y la edad del paciente se toma en cuenta el diagnóstico diferencial de hipertensión secundaria con daño de órgano diana.
Tratamiento y planes de actuación
Se administra medicación oral y se deriva a Hospital de tercer nivel para estudio, control evolutivo y confirmación diagnóstica.
Evolución
En ámbito hospitalario se constata empeoramiento de la función renal (creatinina de 3,07 mg/dL). La Tomografía Craneal destaca hemorragia subaracnoidea y lesiones isquémicas crónicas en ganglios basales en relación con patología de pequeño vaso por HTA crónica. El paciente ingresa a cuidados intensivos (UCI) presentando buena evolución con alta a los 16 días y posterior realización de biopsia renal programada con anatomía patológica que informa Nefroangioesclerosis.
La hipertensión arterial debida a una causa identificable también llamada secundaria, afecta a casi el 10% de la población, la causa más frecuente es la enfermedad renal parenquimatosa y/o renovascular, seguida por el síndrome apnea obstructiva del sueño, patologías endocrinológicas (alteraciones de la tiroides, paratiroides, aldosterona) y consumo de fármacos. Es importante para la Atención Primaria sospecharla en pacientes jóvenes o mayores con elevación brusca de tensiones o hipertensión resistente al tratamiento, para identificar las situaciones potencialmente reversibles de manera precoz.