XLII Congreso de la semFYC - Sevilla
del 30 de junio al 2 de junio de 2022
En un lugar de la Comunidad Valenciana cuyo nombre merece recordarse por su Misteri, Palmeral y Dama, no ha mucho se sufrió el sexto embate de la epidemia que azota al mundo desde 2020.
Cual irreductibles galos, los centros se organizaban para hacer frente a lo que les colapsaba. Entre los malditos romanos y los piratas, habían creado agendas a las que los pacientes accedían de múltiples formas, recayendo básicamente en el personal médico que seguía batallando con la demanda, y los no demorables. Las Agendas Covid eran 1ª, Gestión (ambas solo para facultativos) y Seguimiento (facultativos y enfermería). Esta situación no entendía del esfuerzo de los profesionales, que veían como no eran capaces de absorber tanto cansancio corporal, febrícula, malestar, y la burocracia asociada, sin distinguir entre grupos sociales. Con el alma de un guerrero o de un hidalgo cualquiera, uno de esos centros decidió organizarse y que cada profesional dedicara su esfuerzo a aquello que podía hacer, y hacía bien. Se estableció un organigrama: los pacientes Covid 1ª eran contactados en 24 horas por un Administrativo formado e instruido, que redirigía al paciente; si precisaba asistencia sanitaria por síntomas leves, era informado de las pautas y citado al día siguiente en Covid seguimiento, gestionada ahora por enfermería; si los síntomas eran graves, se citaba ese día con un medico. Para la burocracia (la tan criticada y mal gestionada IT), se citaba en Covid Gestión (y se hacía el tramite SIN contactar con el paciente).
Errare humanum est, pero esperemos haber aprendido algo. Dividir el trabajo entre los profesionales es la definición de Trabajo en Equipo y “El que tenga oídos para oír, que oiga”.