Estudio cualitativo en pacientes de un centro de salud urbano, de sexo femenino, incluidas en alguna edición del grupo de empoderamiento de mujeres dirigido por la trabajadora social del centro (2012-2016). La edad no fue criterio de exclusión en ningún caso.

Se contactó con las participantes, y tras sesión informativa y solicitud de consentimiento informado, se les convocó para la realización de tres grupos focales, de unos 60-70 minutos de duración. Se realizó audiograbación y transcripción literal. Análisis por tres investigadoras que permitió la triangulación de los datos. Como limitación, no se pudo contactar con todas las participantes de las distintas ediciones. Aprobado por el CEIC de referencia.

3 grupos focales: 22 mujeres.

La situación basal previa de las participantes del grupo demostró una baja autoestima, siendo relegadas a último lugar en la jerarquía familiar. Las herramientas adquiridas durante las sesiones les ha permitido reivindicar un papel de mayor protagonismo. Respecto a su estado de salud físico, no perciben cambios importantes excepto la menor dependencia farmacológica y mayor capacidad para afrontar sus problemas de salud. A su vez, el grupo les ha proporcionado la oportunidad de crear nuevas relaciones fuera de su entorno habitual.

En contraposición, se comprueba una gran dependencia al grupo y a su dinamizadora, dificultando el desarrollo personal por falta de autonomía.

Destaca que el aprendizaje y la adquisición de nuevas herramientas, la mejora y ampliación de la red social, así como los cambios en la percepción de su propio yo, han dotado a las mujeres pertenecientes a dicho grupo de mayor autonomía; mejorando su autoestima.

En los aspectos negativos destaca la gran dependencia que se aprecia desde el primer momento tanto del propio grupo como de la figura dinamizadora.