La diabetes mellitus es una enfermedad crónica y progresiva cuya prevalencia se encuentra en aumento. Estos pacientes presentan un mayor riesgo de sufrir ceguera con respecto a la población general, siendo la retinopatía diabética (RD) y el edema macular diabético (EDM) sus principales responsables. Detectarlas a tiempo evitarí­a el 75% de las cegueras debidas a la RD. Sin embargo, suelen pasar desapercibidas hasta etapas avanzadas, implicando una detección tardía que dificulta el tratamiento eficaz. Teniendo en cuenta el papel del médico de familia en el abordaje integral del paciente diabético, es importante estimular su papel en el cribado de RD por las graves consecuencias que el retraso en el diagnóstico conllevan. En un centro de salud se ha desarrollado un programa de forma conjunta con el servicio de Oftalmología de un hospital que incluye: el cribado mediante retinografí­a y OCT a todos los pacientes diabéticos; la formación de los profesionales tanto en la realización de esta técnica como en su interpretación; y el diseño de unos criterios de derivación concretos. Así­, gracias a este programa, los pacientes sin RD o con RD incipiente se seguir­án desde Atención Primaria con controles periódicos (bianuales, anuales o semestrales según corresponda), no siendo hasta estadios más avanzados en los que pasarán a manos del oftalmólogo.

La implementación de un cribado eficaz de RD y EDM desde Atención Primaria permite su detección y tratamiento precoces, garantizando la disminución de complicaciones más graves y una adecuada continuidad asistencial.

Extender a otros CS la implantación de un cribado de RD y EDM en pacientes de riesgo para su adecuado manejo precoz.