XXXVII Congreso de la semFYC – Madrid
del 4 al 6 de mayo 2017
Atención Primaria.
Conducta inadecuada.
Enfoque individual
No AMC, vacunación según calendario y Prevenar. Infancia normal sin otros antecedentes.
Adolescente de 14 años que acude para revisión de aparato locomotor. Según los padres, presenta desde hace meses un carácter irritable e ingesta de "cosas extrañas" como esponjas, y plásticos de bolígrafos. Muestran preocupación por la poibilidad de un transtorno alimentario (TCA), dado que la empieza a mostrar interés por su imagen corporal. Además los padres se encuentran en trámites de separación, que podrían influir a la menor. La paciente refiere encontarse bien salvo irritable porque sus padres "no la comprenden".
La exploración es normal, con talla y peso adecuados a su edad. Analítica: Bioquímica e ionograma normal. Hemograma con Hb 11,5gr/dl; Hierro 31; Transferrina 362mg/dl; Ferritina 4ng/ml; Capacidad fijación del hierro 456mcg/dl; Saturación 7%.
Enfoque familiar
Niña sana. Buena relación con sus padres y entorno. Buen rendimiento escolar. Nivel socioeconómico medio.
La clínica nos plantea la posibilidad de estar ante un TCA dado que se encuentra en población de riesgo o bien, ante un caso de Pica o alotrifagia. Ante esta sospecha, indagamos en posibles causas orgánicas reinterrogando a la paciente, que nos refiere presentar reglas abundantes desde su menarquia. Realizamos una analítica que nos revela una anemia ferropénica.
Desarrollo
Trastorno de conducta alimentaria, Trastorno obsesivo-compulsivo, anemia ferropénica, enfermedad celíaca.
Se trata de un síntoma poco frecuente en la infancia, que en muchos casos se debe a una causa orgánica como la carencia de hierro. No obstante, puede pasar desapercibida y ser considerada como una enfermedad de la esfera psicológica, con las evidentes consecuencias que esto puede ocasionar.
Tratamiento
Sulfato ferroso oral durante dos meses.
Evolución
Tras el tratamiento y nuevo control ferrocinético en la normalidad, la paciente no presenta ingesta compulsiva de sustancias extrañas.
La pica, es una patología poco frecuente, pero hay que tenerla en cuenta, sobre todo en lugares donde tratamos con niños, como puede ser el ámbito rural. Hay que saber distinguirlo, de forma que no cataloguemos al menor como TCA u otro trastorno mental, ya que tiene una causa orgánica fácilmente reconocible y tratable, de modo que no produzcamos en el menor, derivaciones y tratamientos innecesarios.