IV Jornadas semFYC de Medicina Rural
25 y 26 de octubre de 2019
Enfoque individual
Presentamos el caso de un varón de 95 años, institucionalizado en la residencia de su pueblo desde hacía 10 años. Soltero, tenía una hermana en la misma residencia y una sobrina. Aceptable calidad de vida, como antecedentes destacaban hipertensión arterial e hipoacusia.
Nos avisaron desde la residencia por varios días con vómitos tras algunas comidas, de contenido alimenticio, sin jugo gástrico ni bilis. Toleraba adecuadamente líquidos, con estreñimiento las semanas previas, afebril. Presentaba nauseas ocasionales pero por lo demás se encontraba bien. La sobrina refería pérdida de peso y apetito los meses anteriores.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
En la exploración física destacaba micosis oral y próstata endurecida. Dada la exploración, se explicó al paciente y la familia la posibilidad de un cuadro maligno subyacente.
Tratamiento y planes de actuación
Se acordó con ellos un enfoque sintomático y evitar derivaciones a centro terciario. Se inició tratamiento con cinitaprida y nistatina en jarabe.
Los días posteriores siguió regurgitando alimentos con consistencia superior a semisólida, con nauseas, manteniendo el buen estado general. Agobiado por la situación, se negaba a comer.
Mi sospecha fue que la candiasis oral estuviese extendida a esófago e hiciese pseudoimpactaciones.
Con la cercanía del fin de semana y ante riesgo de pérdida de vía oral, en un paciente que no deseaba traslado a centro hospitalario, decidimos mantener dieta líquida y administrar metoclopramida antes de las comidas, mediante palomilla subcutánea.
Evolución
Durante el fin de semana toleró las ingestas, por lo que retiramos la palomilla y mantuvimos dieta líquida y antifúngico. Fue progresando la dieta los días posteriores, sin más regurgitaciones.
En analítica de sangre de objetivó PSA muy elevado, sospechando neoplasia prostática metastásica, decidiendo medidas de confort.