13-14-15 de noviembre de 2025
Atención Primaria.
Dolor en flanco derecho.
Enfoque individual
Hombre de 58 años sin antecedentes urológicos de interés que consulta por cuadro de 4 días de dolor en flanco derecho tipo cólico con náuseas y diaforesis. No asocia fiebre ni clínica miccional.
En la exploración física destacan dolor a la palpación bimanual de flanco derecho y puño percusión renal derecha positiva.
Se practica ecografía a pie de cama identificando hidronefrosis renal derecha grado II con jet ureteral bilateral presente.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Se diagnostica cólico renoureteral derecho.
Tratamiento y planes de actuación
Se inicia tratamiento con Tamsulosina y analgesia y se cita para control en una semana, consulta que nunca llega a producirse debido al apagón eléctrico nacional acontecido el 28 de abril.
Evolución
El paciente acude de nuevo 2 semanas después de lo inicialmente previsto por un motivo de consulta distinto, ocasión que se aprovecha para interrogar sobre el proceso previo. Refiere encontrarse «fenomenal» y libre de dolor desde hace muchos días, momento en el que abandonó el tratamiento prescrito, aunque no sabe precisar si expulsó la litiasis.
Se procede a repetir la ecografía para confirmar la resolución del hallazgo ecográfico, identificándose la persistencia de ectasia renal grado II, por lo que se realiza consulta virtual con Urología que solicita TAC. Finalmente se identifica litiasis ureteral persistente que pudo expulsar alargando el tratamiento farmacológico.
El papel de la ecografía en el manejo inicial del cólico renal está más que establecido: los hallazgos radiológicos ayudan a confirmar la sospecha diagnóstica y descartar otras potenciales causas de dolor (cólico biliar en caso de crisis renoureteral derecha, síndrome aórtico agudo en caso de crisis izquierda…).
Sin embargo, más allá de este uso la ecografía también representa un papel clave en el seguimiento: dada su accesibilidad en Atención Primaria, rapidez y curva de aprendizaje rápida, constituye la opción ideal para confirmar, como recomiendan las guías, la resolución de la dilatación, permitiendo evitar la progresión a daño renal por litiasis persistentes que puedan permanecer a pesar de la resolución del dolor, o incluso detectando precozmente entidades que puedan simular un cólico renal como los tumores uroteliales.