Atención Primaria y hospitalaria.
Caída.
Enfoque individual
Hombre de 52 años, sin antecedentes personales relevantes. Jardinero. Acude enfadado. Desde que se tropezó en el trabajo hace seis meses, se le duermen cuarto y quito dedos del pie derecho. Ha utilizado tobilleras y tratamiento analgésico, sin mejoría. Solicita IT porque no puede caminar bien y en la mutua le han comentado que no es una enfermedad laboral.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Deambula con cojera evidente y muleta. Presenta tumefacción adherida a planos óseos en maleolo externo, con gran deformidad, sin hematoma ni crepitación, asociando dolor. Flexo-extensión, abducción y aducción conservadas, aunque dolorosas. No inestabilidad anterior de tobillo. No dolor en cabeza del peroné. Exploración neuro-vascular distal normal.
Refiere que tiene esa lesión desde hace más de diez años, pero cree que últimamente está creciendo más.
Tratamiento y planes de actuación
Solicito radiografías urgentes, presentando tumoración ósea de bordes bien definidos en extremo distal de tibia que condiciona desplazamiento y deformidad de peroné distal. No aparentes signos de malignidad. Se deriva a Traumatología de modo preferente.
Evolución
En consulta de Traumatología se solicita escáner para descartar degeneración sarcomatosa y planificar tratamiento.
Diagnóstico de osteocondroma sésil de metáfisis distal de tibia con deformidad de peroné. Se decide resección quirúrgica y reconstrucción mediante artrodesis con autoinjerto de peroné.
La radiografía simple es una técnica disponible desde Atención Primaria y la más útil para realizar el diagnóstico diferencial de los tumores óseos.
Se distinguen tres tipos de lesión ósea en radiografía: osteolítica, osteoblástica y mixta. Las lesiones mixtas suelen deberse a cambios evolutivos o postratamiento, y las blásticas presentan zona de transición estrecha. En las líticas, la zona de transición es clave para valorar agresividad: si es estrecha y con bordes definidos, sugiere benignidad; si es ancha y con bordes mal definidos, sugiere malignidad. La afectación cortical también orienta el diagnóstico: la expansión indica crecimiento lento, mientras que la destrucción cortical o el margen invisible sugieren rapidez y agresividad. La reacción perióstica también aporta información: el engrosamiento continuo suele ser benigno, y la discontinua, agresiva. El patrón de mineralización de la matriz ayuda en el diagnóstico diferencial y en la identificación del tipo tumoral. Por último, la localización de la lesión y la edad del paciente son factores clave en la evaluación global.