La gestión de la demanda, de la frecuentación y de la presión asistencial son protagonistas de la actividad diaria en Atención Primaria, por lo que consideramos necesario establecer un circuito para la asistencia global y longitudinal de los pacientes que acuden sin cita, sin que eso conlleve un menoscabo hacia quienes solicitan cita previa.

Creemos que la solución debe pivotar sobre 2 elementos clave: la accesibilidad organizativa y la competencia profesional por lo que se ha creado la figura del gestor de demanda, profesional de enfermería encargado de realizar la primera valoración de esa consulta no demorable de forma previamente protocolizada y consensuada en el Departamento de Salud. Atendiendo al circuito establecido y que tiene su origen en el personal administrativo: cuando un paciente reclama asistencia médica y no hay citas libres (en ese horario o en el día), es derivado directamente a esta consulta de gestión donde se resuelve todo aquel proceso que no precisa valoración médica inmediata, siendo citado en la agenda del médico correspondiente en un plazo no superior a 48 horas. Si el proceso se califica como de resolución médica no demorable, se cita en un periodo inferior a los 30 minutos.

En la actualidad se ha observado una amplia variabilidad entre profesionales del mismo nivel, así como cierta reticencia y resistencia al cambio, por lo que se ha planteado que esta actividad clínica de baja complejidad sea realizada por un único profesional  debidamente formado en las guías de práctica clínica basadas en la mejor evidencia, en la viabilidad y sobretodo en la seguridad del paciente.

Al disminuir el número de pacientes “sin cita” que diariamente acuden a los centros de salud, parece una oportunidad para mejorar nuestra propia eficacia de nivel y la de nuestro equipo por lo que merece la pena reorganizarnos.