XLIV Congreso de la semFYC - Barcelona
14-16 de noviembre de 2024
Enfoque individual
Natural de Ecuador. Vive con sus hijos de 19, 21 y 23 años. Asmática en tratamiento con terbasmin a demanda.
Acude en varias ocasiones los últimos meses por clínica inespecífica de mareo, cefalea, poliartralgias, epigastralgia.
Exploración física anodina, con analítica, electrocardiograma y radiografía de tórax normales.
Meses después reaparece en consulta refiriendo estado de ansiedad que relaciona con situación de sobrecarga laboral. Dada importante repercusión precisa de incapacidad temporal y finalmente tiene que recibir tratamiento con duloxetina y lorazepam. Posteriormente es despedida de su trabajo.
Enfoque familiar y comunitario
Situación socioeconómica precaria, actualmente en situación de desempleo. Limitado apoyo socio-familiar en la ciudad donde reside, la mayoría de sus allegados viven en Ecuador.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Violencia de género.
Tratamiento y planes de actuación
Se activa protocolo de violencia de género. Se remite a la paciente a recursos disponibles de la comunidad. Ofrecemos disponibilidad, espacio de seguridad, y contactamos con trabajadores sociales y asociación contra la violencia de género.
Evolución
Al tiempo consulta por insomnio y estado anímico bajo. Preguntamos sobre posibles desencadenantes y al interesarnos sobre situación personal-familiar nos acaba contando que sufre de violencia psicológica por parte de su pareja en aquel momento.
La violencia de género constituye un problema de salud pública suponiendo un gran impacto en la salud de las mujeres que lo sufren y sus hijos, especialmente en contextos de mayor vulnerabilidad como personas migrantes o en situación de desempleo.
El sistema sanitario tiene un papel crucial en la prevención y detección de este problema, siendo el equipo de Atención Primaria clave por su accesibilidad, contacto directo y continuado con las pacientes. El «NO HACER» también tiene implicaciones negativas permitiendo que la violencia continúe y que empeore la salud de las mujeres. De ahí la importancia de la atención integral, con un enfoque «biopsicosocial» en la consulta de Atención Primaria, así como la formación de profesionales sanitarios para detectar «señales de alarma» como la «polifrecuentación» que nos hagan sospechar y actuar lo más precozmente posible.