Atención Primaria.

Atender el duelo tras un aborto en semana 24 de gestación.

Enfoque individual

Paciente de 34 años. Madre fallecida de melanoma cuando ella tenía 12 años. Sin antecedentes médicos de interés. Casada. Un hijo sano de 3 años.

Enfoque familiar y comunitario

Pareja sana. Sin antecedentes médicos de interés.

Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas

Paciente gestante de 24 semanas, con curso de embarazo normal, hasta esa fecha, que había seguido revisiones en su centro de salud y en el segundo nivel asistencial. Inicia cuadro de fiebre a las 24 semanas de gestación, con malestar general, y contracciones por el que consulta en urgencias del centro de salud y hospital. Se indica reposo, antitérmicos y progesterona, a pesar de lo cual persiste fiebre elevada y aumento de las contracciones, por lo que vuelve al hospital. En ese momento presenta rotura de bolsa y alumbramiento espontaneo de feto muerto, varón de 640 gr. En necropsia y estudio anatomopatológico posterior se aisla E. Coli y Listeria en tejidos y órganos fetales con signos de sepsis multiorgánica compatible con Listeriosis. Aislamiento de IgG Listeria en la madre.

Tratamiento y planes de actuación

Acude a consulta para comunicar el ingreso y consecuencias y para recoger el resultado de la necropsia. Se le informa del resultado de la anatomía patológica. La paciente manifiesta importante sentimiento de pérdida y culpa por sospechar que la infección contraída se debe a algo inadecuado que ha comido o alguna recomendación que no ha seguido. Llanto persistente. Se realiza intervención en la que se le aclaran estos aspectos, se le oferta ayuda psicológica y se realiza acompañamiento en el duelo.

Evolución

La paciente, tras varias visitas de seguimiento, afronta adecuadamente el proceso y consigue nueva gestación a los 6 meses, con niño sano.

Las pérdidas perinatales generan un duelo de características especiales que hasta hace unos años no se han podido concretar. A los progenitores clásicamente se les ha restado la posibilidad de elaborarlo: no se registran como nacimientos, no hay despedida ni entierro, se acompañan de sentimientos de inutilidad y culpa. Por tanto, debemos valorar estas connotaciones a la hora de realizar el apoyo al duelo de este perfil de pacientes.