XX Jornadas de Residentes y II de Tutores de la semFYC - Madrid
26 y 27 de febrero de 2016
Mixto
Niño de once años sin antecedentes de interés que acude a Urgencias con su padre por dolor en ángulo mandibular derecho desde hace tres días, con tumoración mandibular de meses de evolución, con crecimiento más rápido en el último mes, asociado a fiebre intermitente y cansancio. Refieren que el niño sufrió la semana anterior un catarro de vías altas. Exploración física: PA 110/71 mmHg, Tª 36,2 ºC, FC 87 lpm, SatO2 99 %. BEG. Buena coloración de piel y mucosas. Otorrinolaringología: tumoración pétrea de unos 2,5 cm submandibular derecha; no presenta eritema, ni aumento de temperatura ni otros signos de infección. Piezas dentales en buen estado. Dolor a la palpación en la encía de cuarto cuadrante. No trismus. Resto de la exploración general, normal. Exploraciones complementarias: analítica: PCR 4,8, resto sin alteraciones. Ortopantomografía: reacción periapical a nivel de 46. Imagen radiolúcida de bordes irregulares en ángulo mandibular derecho sugestiva de osteolisis. TC de cara y cráneo: hallazgos compatibles con tumoración ósea mandibular con masa de partes blandas asociada y adenopatías homolaterales. Se realiza biopsia de la tumoración y esta resulta compatible con neoplasia maligna, lo que es consistente con estirpe hematopoyética/linfoide.
Diagnóstico diferencial: adenopatía, flemón dentario, angina de Ludwig. Juicio clínico: linfoma linfoblástico B estadio III, con afectación de la rama mandibular derecha con masa de partes blandas. En la ecografía de abdomen y escrotal y PET-TC del estudio de extensión se evidencia una infiltración testicular derecha y afectación musculosquelética, nasal, gástrica, retroperitoneal, pélvica. El paciente recibe quimioterapia parenteral e intratecal y presenta una buena respuesta clínica y radiológica, sin precisar nuevo ciclo de quimioterapia. Actualmente permanece asintomático, en tratamiento con mercaptopurina y metrotexato.
La importancia de este caso radica en que pone en evidencia que la anamnesis y el examen físico son primordiales y que nunca hay que descartar patologías graves, aunque puedan parecer procesos banales. En este caso, la demora de los padres en la consulta hizo que el diagnóstico se retrasara.