XXXVIII Congreso de la semFYC – Barcelona
del 10 al 12 de mayo de 2018
Ofrecer los mejores recursos a una mujer de 40 años con síndrome de hipersensibilidad central severo, agravado por sociopatía.
Actriz, sin soporte familiar. Dada su patología se aísla casi por completo perdiendo vida social y su trabajo, siendo desahuciada y por orden judicial, ingresada en un centro de acogida social transitorio sin infraestructura ni personal adecuado.
Después de dos años y múltiples intentos, continúa sin vivienda social adaptada y sin estabilizar su patología. Eso lleva al empeoramiento y aislamiento total. Esto alarma a la dirección del centro y contactan con unidad domiciliaria del CAP. Se realizan varias visitas domiciliarias satisfactorias con protocolo adaptado a su enfermedad, ofreciéndosele tratamiento fitoterapico, seguimiento clínico y análitico; además de retomar controles por especialistas e insistiendo en la importancia de mitigar las intensas crisis de dolor y fatiga.
Se plantea ingreso en un psiquiátrico, que no prospera por no estar incapacitada psiquiatricamente. Dada la problemática generada, el centro convoca reuniones interdisciplinares entre la dirección, medicina, trabajadora social y unidad de salud mental domiciliaria.
Dado el vínculo establecido con la doctora, accedió a valoración psiquiátrica. Se realizaron tres visitas conjuntas con psiquiatría, trabajándose aspectos sociales y médicos. Se informó al resto del equipo del resultado de las visitas, volviendo a reabrirse el diálogo entre la paciente y servicios sociales, desmedicalizando a la usuaria. Actualmente está buscando piso tutelado adaptado a sus necesidades biopsicosociales.
Aquellas enfermedades que generan demandas que trascienden el plano asistencial requieren diálogo con otras disciplinas y sectores en pro del bienestar del paciente. La atención domiciliaria permite valorar las necesidades de los pacientes de forma integral, generando recursos pioneros.
Este tipo de metodología puede ser de utilidad en aquellos casos en que necesitamos adaptar los tratamientos a las personas y no las personas a los tratamientos.