Enfoque individual

Mujer de 91 años, sin antecedentes de interés, que vive con sus hijos. La familia consulta porque desde hace unas semanas la paciente se encuentra más cansada de lo habitual, sin apetito y le cuesta salir de la cama. Meses atrás había sufrido una caída que le llevó a dejar sus paseos habituales por temor a sufrir una nueva caída. En la exploración física llamaba la atención una gran hepatomegalia. 

Hallazgos ecográficos

Al realizar ecografía descubrimos un parénquima hepático cargado de lesiones ocupantes de espacio.

Pruebas complementarias

Solicitamos analítica, en la que nos encontramos con el hallazgo de elevación de transaminasas y reactantes de fase aguda (GGT 291, FA 1059, LDH 7436, ferritina 2668, VSG 94).

Desarrollo

La primera impresión fue de un posible deterioro a consecuencia de la edad, un proceso depresivo, o tal vez una demencia incipiente.  Dados los hallazgos de la analitica y la ecografía se sospechó proceso neoplásico.

Tratamiento

Hablamos con la familia sobre posibles diagnósticos y el pronóstico, y derivamos de forma preferente a Medicina Interna para completar el estudio de imagen con TAC. Tanto la familia como nosotros estuvimos de acuerdo en apostar por un manejo conservador de la situación.

Evolución

Días después la paciente fallecía en su domicilio rodeada de sus familiares.

La ecografía clínica puede ser un potente elemento de exploración en la consulta, si se tiene la experiencia y la pericia necesarias.  En este caso nos permitió casi ponerle nombre al diagnóstico, a falta de ponerle apellido. Pudimos desde ese momento hablar con la familia sobre posibles situaciones y complicaciones, pronóstico, y también activar el protocolo de cuidados paliativos, algo que tal vez sin la prueba de imagen no nos habríamos permitido. Todo ello permitió que la paciente falleciera en el domicilio, como ella siempre había deseado, rodeada de familia y amigos, y sin sufrimiento.